sábado, 22 de noviembre de 2008

Los anti-valores como el problema político

Ciudad El Tigre, domingo 02 de noviembre de 2008

Ronny Padrón.


DEMOCRACIA CRISTIANA HOY.


Los anti-valores como el problema político.



Cuando en Venezuela muchos entienden la política como actividad para pérfidos, creo son más los que aprenden una gran lección. Si bien es cierto, que en nuestro país la política de común no ha sido el dominio para los más honorables, también lo es, una relación directamente proporcional entre tal mácula y el grado reprobable de nuestros gobiernos.


En pocas palabras, a mayor corrupción entre la dirigencia política, peor ha sido la gestión gubernativa. Sobre tal regla, desconozco excepción. Reincido en esta temática, habida cuenta su utilidad cuando se intenta comprender cada etapa del régimen Chávez-Farc.


A la fecha presente, son los comicios regionales y locales el hito de obligada reflexión, y tal como señala el dogma antedicho, la descomposición ética de nuestra dirigencia demócrata, opera como única contención ante el anhelo de cambio en la mayoría popular.


No es casualidad, la dificultad en consolidar victorias demócratas, en aquellas regiones y localidades donde nuestra dirigencia adolece de las credenciales éticas necesarias para capitalizar aquel anhelo de justicia y libertad. En tal sentido, se conoce, que de común los electores tienden a movilizarse más a favor de algo o de alguien, que en su contra.


Si ante tal circunstancia, agregamos la consigna electoral de evitar la confrontación ideológica con el régimen Chávez-Farc, concentrando el debate en la sola problemática local y regional, se entenderán, las dificultades precitadas.


Porque los anti-valores son siempre la peor elección. Cuando el 2D pasado, la mayoría electoral rechazó la propuesta de reforma Chávez-Farc, las fuerzas militares, hasta entonces incondicionales a su comandante-presidente, atendieron al llamado del ¨deber ser¨, e hicieron respetar la soberanía popular. El venidero 23 de noviembre, ocurrirá otro tanto.


Solo en aquellas regiones y localidades, donde las fuerzas democráticas contemos con un liderazgo honrado y valiente, merecedor del respeto y confianza popular, será posible el triunfo electoral, independientemente cual fuere a la fecha la intención de voto.


Lo indica el Catecismo de la Iglesia Católica entre los Deberes de las autoridades civiles, a través de su número 2235 ¨Los que ejercen una autoridad deben ejercerla como un servicio. ‘El que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro esclavo’ (Mt 20, 26) ¨.
Internalizar como sociedad, la necesidad de promover a una dirigencia política destacada por su ética, como vía para alcanzar el desarrollo y la prosperidad nacional, nos llevará años, como años tomó el descender al presente abismo. Hoy, es buen día para iniciar un ascenso. ORA Y LABORA.
caballeropercival@cantv.net