sábado, 10 de septiembre de 2011

Ciudad El Tigre, domingo 4 de septiembre de 2.011.

Ronny Padrón.
Democracia Cristiana Hoy.

¿Cuándo éste CNE dejó de ser una ¨caja negra¨?

Quien acá les escribe, como tantos venezolanos seria feliz si tal expresión fuera una realidad certificable. Pero a la fecha no lo es. Han sido demasiadas las irregularidades derivadas de la actuación del Consejo Nacional Electoral en ejercicio como para otorgarle hoy día el beneficio de la duda.

Por el contrario, el CNE actual no cesa de brindar muestras públicas de divorcio con la constitucionalidad que lo regla, para en su lugar adaptar su común accionar en beneficio del régimen socialista del teniente coronel Hugo Chávez. Para muestra un botón: Su actual resistencia a hacer pública la fecha exacta de los comicios locales, regionales y presidenciales a celebrarse el año entrante.

Casos como el anterior no pasarían a mayores sino formaren parte de una larga lista de acciones y omisiones siempre favorables al socialismo en gobierno, hechos públicos, notorios y comunicacionales que hoy pesan demasiado a la hora de otorgar la buena pro a este CNE.

Más aún luego de revisar en detalle la conducta pública de sus 5 principales rectores cuyo accionar al tiempo presente hace racionalmente imposible les concedamos la imparcialidad que de ellos demanda la Constitución.

Demasiadas las irregularidades muy recientes sus consecuencias, verbigracia: las elecciones parlamentarias 2.010 y la inconstitucional metodología de asignar diputados; ¿como hacer caso omiso al pronunciamiento de Juan Carlos Sosa Azpúrua en su lanzamiento como candidato presidencial el pasado 26 de agosto?

Según Azpúrua "luego de haber estudiado a fondo la infraestructura electoral, existen fundamentadas razones para saber que a menos que se modifique estructuralmente el proceso de elección, será imposible lograr un cambio de gobierno en Venezuela". De obtener las condiciones exigidas Azpúrua aspira a que los venezolanos "podrán ejercer su voto con confianza, como genuino instrumento de elección". Fuente: eluniversal.com. 27-08-2.011.

Las anteriores son afirmaciones que adquieren fuerza sólo en la medida que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), legítimo representante de las fuerzas demócratas en Venezuela, continúe silente ante un órgano electoral que huérfano en credibilidad y rico en irregularidad está incluso llamado a cooperar en la celebración de las primarias demócratas pautadas para el 12 de febrero de 2.012. ¿Desde cuando el socialismo es digno de credibilidad? MUD, tiene la palabra. ORA y LABORA.
caballeropercival@hotmail.com

viernes, 2 de septiembre de 2011

Gadafi, reservas, libertad de expresión y “timing”
Por: Orlando Ochoa Terán · Publicado el 26/08/2011

Con frecuencia el vocablo anglosajón “timing” se traduce en español como oportunidad, pero su connotación va mucho más allá. Es la regulación de una acción cuyos pasos son medidos y coordinados para que tengan un efecto óptimo.



“Timing” se refiere a la habilidad para juzgar el momento preciso o adecuado en una determinada situación o actividad para decidir o hacer algo. También se define como el arte de regular acciones en relación con otras para producir el mejor efecto tal como se hace en música, teatro, deportes, etc. “Ignition timing” es la sincronización de la chispa de las bujías con el movimiento de los pistones para producir la combustión interna que pone en movimiento un motor.



Un factor común en los funcionarios del gobierno bolivariano en general y del líder bolivariano en particular es la total carencia de esa habilidad para reconocer el timing de una situación. Algunos de los connotados participantes y muchos de los que se abstuvieron en el golpe del 4 de febrero de 1992, han dejado saber que el timing fue equivocado y por ello fracasó. Que la diosa fortuna hubiese intervenido y resuelto los entuertos, es otra cosa.



El problema parece tener su origen en la inexperiencia del presidente Chávez en la Administración Pública cuando llegó al gobierno. Pero resulta incompresible que en más de una década no lo haya desarrollado y la explicación bien pudiera ser esa extraña convicción que lo hace privilegiar la lealtad y considerar la falta de credenciales como el mejor mérito para ingresar a una alta posición en su gobierno.



De esta forma el presidente Chávez ha concentrado todos sus esfuerzos en sobrevivir políticamente olvidando por completo nociones elementales como mantenimiento, planificación, inversión a mediano y largo plazo. Esta negligencia, como lo ha reconocido, se ha extendido a su propia salud. Cuando el tiempo lo alcanzó, las crisis han sido ya inevitables y muy tarde ha caído en cuenta que las soluciones dependen, no sólo de recursos económicos, sino de otro más importante y no renovable: el tiempo. Y desafortunadamente no se puede volver atrás ni una fracción de segundo.


Debido a esta incapacidad para juzgar el momento preciso o adecuado en una determinada situación han sobrevenido las crisis del sistema eléctrico, salud, vivienda, escasez de alimentos, deterioro agrícola, caída de la producción de petróleo, seguridad, el caos del sistema penitenciario y una persistente inflación.



Con este distorsionado sentido del “timing”, en 12 años el presidente Chávez ha realizado cambios en su gabinete, integrado por cerca de 30 ministros, en 183 ocasiones. Si se busca un referente capitalista para compararlo con esta desmesura, acude a la mente el gobierno del presidente Franklin Delano Roosevelt, con la reputación de ser uno de los más eficientes en la historia de EE UU. Roosevelt, con los mismos 12 años en el poder (1932-1945), en medio de la depresión más severa conocida en la historia económica y la turbulencia de los años de la Segunda Guerra Mundial, gobernó un país de 220 millones de habitantes con un gabinete compuesto por 10 miembros que sólo removió a lo largo de 12 años en 16 ocasiones.



Un ejemplo actual de esta incapacidad para juzgar el momento preciso o adecuado lo demuestra la decisión de repatriar el oro y redistribuir las reservas internacionales. En esos momentos colapsaba el régimen autocrático de Gadafi y era público y notorio que activos de Libia estimados en $100.000 millones, colocados entre EE UU y Europa, habían sido congelados en virtud de las arbitrariedades de Gadafi contra su propio pueblo, unido a sus antecedentes patrocinadores del terrorismo.



Esta “coincidencia”, junto con un apoyo único e innecesario al dictador Gadafi, han provocando una automática asociación entre Chávez/Gadafi, Libia/Venezuela que se ha visto reforzada con otra distorsión del “timing”, la persecución al periodista Leocenis García y el cierre del semanario 6to Poder por publicar una caricatura que satiriza a funcionarias públicos. En la doctrina de los derechos a la libertad de expresión esta forma de comunicación es opinión y se conoce como “discurso simbólico”.



Si esto no fuera suficiente, esta repercusión internacional ocurre cuando EE UU y legisladores republicanos procesan el mayor cúmulo de evidencias antidemocráticas y de otro tenor contra el régimen bolivariano, sólo comparable con los asedios a los gobiernos de Panamá, Irán, Cuba, Corea del Norte y Sudán.



“Timing is everything” suelen decir los anglosajones, pero para los bolivarianos sólo tiene valor si se expresa en un reloj Patek Phillipe, Cartier o un Rolex.