martes, 25 de agosto de 2015

El Tigre,  domingo 23 de Agosto de 2015
Ronny Padrón
Democracia Cristiana Hoy
El comunismo mata, el socialismo también
Uno de los grandes errores  cometidos por los demócratas venezolanos, incapaces como hemos sido de organizar un movimiento nacional eficiente en contra del socialismo y su dictadura, estriba precisamente en la prevalencia de un paradigma nefasto según el cual el socialismo puede ser un modelo político  eficiente, a diferencia del comunismo siempre caótico.

Lo anterior obedece a la profunda raíz  socialista en el pensamiento del común de la actual  dirigencia demócrata nacional, que a pesar del horror implícito en esta ideología, humillando a Venezuela desde el 11 de abril de 2002, se resiste a reconocer una verdad que ya es mundial: El socialismo cuando gobierna es sinónimo de muerte.

Porque esa falacia contemporánea obra de seguidores del socialismo, que pretenden equiparar a conveniencia su malsana ideología con la distinguida socialdemocracia, es cuando menos lógica derivación de una doctrina cuyo fundamento siempre ha sido la mentira y la violencia. Porque imposible es negar el origen marxista de la socialdemocracia, como innegable su evolución hasta alcanzar el grado de excelencia politica certificada hoy día por tantos pueblos de la Tierra que en buena hora deciden ser gobernados bajo las banderas de la socialdemocracia, verbigracia: Los países nórdicos: Suecia, Noruega, Finlandia Dinamarca e Islandia. Los seguidores de la democracia cristiana igualmente debemos reconocer esta gran verdad.

 Que por interés de unos pocos y desgracia para muchos agrupaciones políticas socialdemócratas de reconocido éxito gubernativo, originarias  incluso de las precitadas naciones, persistan en la injusticia de continuar denominándose socialistas, forma parte de esas  paradojas de la humanidad que es menester corregir para evitar mayores males, y desde acá pretendemos aportar nuestro pequeño  grano de arena en tal sentido ¡Fuera el socialismo, fuera Nicolás¡ Ora y Labora.



lunes, 17 de agosto de 2015

El Tigre, viernes 14 de Agosto de 2015
Ronny Padrón
Democracia Cristiana Hoy
Entregados a nuestra suerte

Tal cual es la realidad del común de los venezolanos a la fecha presente. Somos una fuerza popular colosal en repudio al socialismo y su dictadura,  que nos  mata de hambre, enfermedad  y a manos del hampa, pero carentes de  un liderazgo demócrata capaz de  inspirar esperanza en una salida electoral. Esa constituye la actual tragedia del pueblo venezolano, cuando solo sabemos que mañana será peor mientras el socialismo gobierne.

Así entonces, colocando un nuevo clavo en ese ataúd llamado socialismo, el CNE-PSUV recién anunció su negativa en relación a una observación  internacional  calificada  con  motivo de los comicios  parlamentarios del venidero mes de diciembre, condición sine qua non para dar crédito internacional a una elección bajo el yugo del socialismo, lo  que  certifica a las claras  el grado de cinismo alcanzado  por el régimen en todos sus niveles, dándonos  pie para  lucubrar en torno a las nuevas atrocidades que serán capaces de ejecutar con tal de mantenerse en el poder.

Si lo anterior no revistiera la suficiente gravedad, las declaraciones que en respuesta han brindado los voceros principales de la oposición colaboracionista nacional no se quedaron  atrás. Estos personajes tienen  el descaro de desestimar como vanas  esas afirmaciones del  CNE-PSUV por el simple hecho de que Venezuela no cuenta con un  Poder Electoral independiente. Esto es un hecho público, notorio y comunicacional, que en modo alguno resta gravedad a una ¨sentencia¨ que al parecer será aceptada por esa oposición colaboracionista, en desmedro del pueblo demócrata venezolano, que  anhela restaurar  el Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia  por vía constitucional. ¡Fuera El Socialismo, Fuera Nicolás¡ Ora y labora.


martes, 11 de agosto de 2015

El Tigre, domingo 09 de Agosto de 2015
Ronny Padrón
Democracia Cristiana Hoy
Alerta: El colaboracionismo tampoco paga

Porque al igual que el crimen y la traición, el colaboracionismo siempre termina ¨castigando¨ a sus ¨cómplices¨, permanentes o eventuales. Una elemental lección política que el común de los partidos demócratas criollos integrantes de la oposición colaboracionista nacional se niegan a aceptar, aun padeciendo en ¨carne viva¨ el alto costo político de sostener esa  práctica non sancta.

Veamos. A partir del fraude electoral socialista de 2004 en ocasión del Referendo  Revocatorio Presidencial, el colaboracionismo y la traición del común de los partidos políticos demócratas criollos se  hizo evidente a través de un discurso político de cohabitación con la dictadura socialista en gobierno, ya oficializada con la masacre del 11 de abril de 2002. Dicho discurso de colaboracionista y traidor, siempre apoyando el disfraz democrático del régimen, viene acompañado de un accionar electoralista caracterizado por la obsecuencia ante las violaciones constitucionales de naturaleza comicial, emblemáticas de toda elección bajo gobierno socialista.

 Es en ese escenario de claudicación y complicidad donde no faltaban las acciones jurídicamente formales para que el Tribunal Supremo de Justicia, -órgano judicial al servicio del socialismo y su dictadura-  interviniera en las disputas internas de los partidos demócratas, en la idea absurda de un fallo favorable.

Sentencias que ciertamente podían beneficiar  coyunturalmente al demandante, pero que en lo políticamente trascendente solo servían para allanar el camino a la actual tragedia de esa oposición colaboracionista nacional, cuando el Poder Judicial del régimen se  ha dedicado a intervenir las directivas de partidos políticos demócratas en vísperas de una campaña electoral que se vislumbraba contraria al socialismo y su dictadura.

Así entonces la lección luce evidente: más allá de la moraleja bíblica sobre la perenne negación a buscar como juez al reconocido enemigo, en tiempos de dictadura la condena discursiva y un accionar consecuente, frente a todos los  órganos públicos dependientes de un régimen  inconstitucional, debe ser parte esencial del credo opositor para quien se considere tal, lo contrario es exponerse a lo presente en Venezuela: Una  colosal mayoría político-electoral en  repudio al régimen gobernante, que sin embargo tiene en su dirigencia política al gran obstáculo para consolidar el cambio por vía constitucional.

Es necesario contar con un liderazgo demócrata en capacidad de llamar las cosas por su nombre,  que mediante un discurso valiente y auténtico haga sentir vergüenza a todo aquel venezolano que en modo alguno siga siendo capaz de apoyar la continuidad del socialismo y su dictadura, pues la realidad lo describe como el cómplice de un crimen: nos están  matando de hambre, enfermedad y a manos del hampa.

De  continuar con el guion del martirio y la aceptación silente por parte del liderazgo demócrata actual, frente a la criminalidad del socialismo y su dictadura, la desconfianza y la incredulidad ganarán terreno en  medio de nuestras filas, diezmando la confianza en nuestra propia fuerza política como mayoría popular para el momento de enfrentar los venideros intentos de fraude y dominación, típicos de esta ideología esclavista. Fuera Nicolás Maduro, y venga la observación electoral de la ONU y la Unión Europea. Ora y labora.