jueves, 27 de marzo de 2014

El Tigre, sábado 22 de marzo de 2014
Ronny Padrón
Democracia Cristiana Hoy

Contra el socialismo no hay marcha atrás
Afortunadamente alcanzamos este punto antes que fuera demasiado tarde. Apenas iniciado el presente año entendíamos que la Venezuela democrática estaba embargada de un gran pesar al percibir de manera indubitable que la tiranía socialista en gobierno nos conducía hacia la esclavitud y la muerte a remedo de la isla-cárcel Cuba, sin que mediara resistencia democrática en contra.

Pero eso cambió. Hoy, gracias al esfuerzo y sacrificio del movimiento estudiantil y de connotados dirigentes políticos patriotas entre los que destacan Leopoldo López, hoy prisionero político y María Corina Machado, amenazada de prisión, nuestro país despertó del letargo en que nos había  hundido una dirigencia demócrata que plagada de traidores y colaboracionistas, desde el año 2003  nos llevaron a claudicar en la lucha por la democracia, perdida en la masacre del 11 de abril; pero pasados 11 largos años hemos retomado un proceso de liberación nacional que nunca debió interrumpirse.

Esa claudicación orquestada por una dirigencia cobarde y vende-patria, a lo largo de estos años presentó variados matices, que permitieron en su oportunidad el sostenimiento de un régimen tiránico carente de mérito y capacidad política propia. Esa tratativa inició como es sabido, con la aceptación en el 2003, de una salida electoral a la crisis iniciada el año anterior, que implicaba reglas comiciales inconstitucionales, adaptadas a las necesidades del régimen, vigentes en su esencia al día de hoy, que hacen imposible una victoria electoral demócrata en aquellos eventos  donde el socialismo en gobierno tenga crucial interés.

Si bien es cierto que el electoralismo y la aceptación de un CNE socialista constituyen emblema de la hegemonía oficial durante todos estos años, no lo es menos la destacada participación del colaboracionismo demócrata para el éxito de tal hegemonía. Tres eventos puntuales sirven para evidenciar tal afirmación, a saber: En primer lugar la imperdonable aceptación del referendo revocatorio presidencial del año 2004 en condiciones violatorias a las garantías electorales consagradas en la Constitución, bajo el insulso argumento de la imbatibilidad electoral de las fuerzas demócratas, como si los votos bastaran cuando el adversario es quien los cuenta.

Luego tenemos el absurdo de la inacción política en 2005 por parte del liderazgo demócrata de entonces, luego de la abstención electoral en las parlamentarias de aquel año, cuando ante la evidente carencia de respaldo electoral por parte del socialismo en gobierno, traducida en menos de un 20% de participación electoral, el liderazgo demócrata hizo mutis, oxigenando así a un régimen sin apoyo popular, cuando lo que procedía en sano juicio era el iniciar un proceso de protesta pública, pacífica y no armada exigiendo cuando menos un nuevo poder electoral que de conformidad con la Carta Magna realizase comicios generales.

Por último, consideramos que el ejemplo más rotundo del fracaso de una dirigencia cobarde y colaboracionista,  negada al necesario sacrificio que demanda la restauración de la democracia y la libertad en nuestro país, lo tenemos en razón de las presidenciales del 14 de abril de 2013. Frente al evidente fraude electoral, el liderazgo demócrata venezolano optó por la vía jurisdiccional para reclamar derechos que sólo mediante la protesta constitucional serían escuchados.

Como resultado de esa tragedia por episodios, plagada de traiciones, miseria moral y mucha cobardía, Venezuela transita hoy el camino que desde hace mucho debimos iniciar, doloroso aprendizaje de una gran lección: Contra el socialismo no hay marcha atrás. ORA y LABORA.


jueves, 20 de marzo de 2014

El Tigre, viernes 14 de marzo de 2014
Ronny Padrón
Democracia Cristiana Hoy
¿Será relevante la opinión socialista?
En las actuales circunstancias políticas de nuestro país, amenazados como estamos por el exterminio y la esclavitud al mejor estilo de la isla-cárcel Cuba, estimo que los patriotas venezolanos en modo alguno debemos conceder relevancia a las opiniones políticas que en torno a nuestra realidad  nacional tengan a bien expresar o manifestar los seguidores del socialismo, sean estos venezolanos o extranjeros. Veamos.

Lo anterior viene a cuento si entendemos que tan pérfida doctrina tiene como postulado la obtención de un fin (El poder político) sin importar los medios para ello empleados, en acomodaticia  réplica al pensamiento de Nicolás Maquiavelo. Partiendo de tal premisa es sencillo colegir que toda opinión y tratativa politica derivada de un socialista en modo alguno tendrá por norte la búsqueda de la verdad y menos aún el Bien Común nacional.

Como prueba de lo anterior recordemos los tan publicitados acuerdos suscritos a partir de la masacre del 11 de abril de 2002, formal inicio de la tiranía socialista en gobierno. Para tal ocasión el régimen, encabezado entonces por el teniente coronel Hugo Chávez, se valió una vez más de la metódica referida, ofreciendo salidas electorales a sabiendas que el grueso de nuestro liderazgo demócrata (Coordinadora Democrática) era filo-socialista al igual que  la  actual MUD lo que hizo posible un ciclo catastrófico de 12 años de tiranía bajo el signo electoral, matizado en mucho por la abundancia de ingresos petroleros que hacían posible una ficción de prosperidad.

Era obvio que pasado el tiempo, el caos generado por un gobierno socialista daría lugar a una reacción socio-política directamente proporcional como la actual, por parte de quienes podían: La mayoría patriota que anteponiendo sus deseos de libertad con dignidad  han pasado por sobre miedos, afiliaciones y compromisos particulares, para entonces ¨Constitución en mano¨ dar inicio al presente proceso de protestas políticas, públicas, pacíficas y no armadas, dirigidas a restaurar la vigencia constitucional.

Aclarado ese punto nos resultará más sencillo exponer el siguiente: El diálogo y la negociación política con la tiranía socialista en gobierno debe fundarse en la necesidad  de una transición, pero jamás en la continuidad del régimen.

La pertinencia de tal propuesta tiene asidero en la necesidad de hacer frente a una peligrosa consigna que avalada por interesados filo-socialistas y despistados de todo cuño, puja por hacerse un lugar. Dicha tratativa propugna que el restablecimiento del Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia, constitucional, en Venezuela, requiere de una convalidación politica suficiente, por parte de los socialistas venezolanos e incluso contar con la venia del socialismo internacional, entiéndase: ALBA, FORO DE SAO PAULO, y los hermanos Castro de Cuba. Como si no fuera precisamente a causa de todos esos factores actuando en correcta sinergia, que nuestra Patria Venezuela llegó a tal nivel de postración y miseria.  

No será precisamente de la mano del socialismo y sus seguidores, sino a pesar de ellos, como la República de Venezuela, con trabajo, ley y orden, recuperará su lugar en el concierto de las naciones libres y prósperas. ORA y LABORA.


jueves, 6 de marzo de 2014

El Tigre, lunes 03 de marzo de 2014
Ronny Padrón
Democracia Cristiana Hoy
Libertad: el  que se canse, la pierde

Lo anterior parafraseando a Leopoldo López, prisionero político, líder de la actual rebelión popular por mérito propio. Porque no tenemos alternativa: La libertad con dignidad para Venezuela, descansa en la continuidad del proceso de protestas políticas, públicas, pacíficas y no armadas, vigente,  si de veras pretendemos la restauración constitucional derogada de facto con la masacre del 11 de abril de 2002.

Porque a diferencia de lo ocurrido con motivo del histórico Paro Cívico Nacional (2002-2003) comprendimos en forma inequívoca el carácter indispensable de las manifestaciones públicas para el logro del objetivo constitucional. A semejanza de aquel evento, se escuchan voces genuflexas de quienes propugnan la vía del diálogo político como alternativa al vigente proceso de protestas a modo de alcanzar una paz sin libertad que es igual a esclavitud. Parecieran desconocer la naturaleza política del régimen en gobierno, o bien pretenden simularlo.

Para aclarar tan importantes conceptos, nada mejor que revisar en detalle la explicación que en tal sentido nos brindó recientemente Leopoldo López a través de su mensaje a la nación, leído públicamente por ese otro insigne patriota, hoy en la clandestinidad, Carlos Vecchio.

En primer término, vivimos bajo una dictadura, es decir un régimen político tiránico, donde el abuso o imposición en grado extraordinario de cualquier poder, fuerza o superioridad, es la regla del tirano gobernante, tal como lo ejemplifica la ¨reacción represiva criminal contra las protestas, un zarpazo a las libertades que no deja duda alguna¨.

En segundo lugar. ¨Debemos  mantenernos firmes con la protesta pacífica.  No hay ninguna razón para claudicar en nuestra lucha. No debemos rendirnos; debemos avanzar por los caídos, por los torturados, por los presos y por todo el pueblo de Venezuela…¨. Ello por cuanto este proceso de protestas pacíficas, cerradas como están los restantes mecanismos de cambio político, constituye la mejor aplicación del texto constitucional, adaptado a la vigente circunstancia.

Por ende, cualquier proceso de diálogo  solicitado por  un régimen político ilegítimo desde el 11 de abril de 2002,  no puede jamás plantearse como alternativa a la protesta pública vigente, por cuanto la restauración constitucional es un principio no negociable de allí que, viene a ser moralmente imperativo, que una tratativa de esa índole no altere un ápice en la dinámica de este proceso de rebelión popular.

A todo evento, como nos lo señala claramente Leopoldo López, un llamado a diálogo por parte de la tiranía gobernante solo puede ser respondido en el marco de una agenda de hechos concretos, que enmarcada en la Constitución y la justicia, consagre entre otras condiciones de previo cumplimiento a saber: la liberación de todos los presos políticos y el retorno de los exiliados,  justicia para los fallecidos por la represión y el abuso, la recomposición de los poderes públicos cuyos mandatos están vencidos, conforme a la Constitución,  la renuncia del actual encargado de la represión política del régimen el general Miguel Rodríguez Torres, y de la fiscal general del régimen Luisa Ortega Díaz.

Queda en manos del régimen socialista en gobierno, el participar de un proceso de transición política para Venezuela en el marco de la paz con justicia y perdón, o en su defecto dar pie a la continuación de esta rebelión popular basada en la protesta pacífica y constitucional, pero irreverente y contundente,  hasta el restablecimiento cabal del Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia, hoy derogado de facto. ORA y LABORA.