El Tigre, sábado 10 de enero de 2015
Ronny Padrón
Democracia
Cristiana Hoy
Cualquier
vía constitucional es buena.
Indudablemente
cualquier vía de las establecidas en la Constitución de la República en lo
relativo al cambio de régimen político en Venezuela, es buena y válida para
legitimar la liberación nacional. Al tiempo presente en medio de la
profundización del caos socialista en gobierno, resulta pertinente para la
causa de la liberación nacional, el aceptar la aplicación de uno cualquiera de
los mecanismos que al efecto consagra la Carta Magna, en el entendido que solo estos garantizan una salida
civilizada al presente horror.
Lo decimos para salirle
al paso al colaboracionismo criollo empecinado en la vía electoral como la única con validez
para recuperar la democracia, algo del todo incierto desde el punto de vista constitucional y político.
A saber, tanta validez jurídica tendría la renuncia al poder político por parte
del usurpador Nicolás Maduro Moros, como una eventual realización de cualquier
evento electoral relativo al poder político nacional. Sobremanera entendiendo
que al tiempo presente el Poder Público Nacional está bajo el absoluto control
del PSUV, lo que hace nugatoria la activación de cualquier mecanismo
dependiente del Estado a los fines de la liberación nacional.
Así entonces resulta
imperativo a la causa democrática hacer ¨oídos sordos¨ ante quienes
maliciosamente pretenden ¨vendernos¨ como única la vía electoral para la salida
a la vigente dictadura socialista, cuando es bien sabido que bajo estas
tiranías toda elección de trascendencia política es objeto de fraude oficial, como
lo demuestra nuestra historia reciente; por tanto la vía electoral en tales
escenarios no pasa de ser un medio de protesta,
útil en la medida de nuestra propia capacidad de presión política, verbigracia:
Las elecciones presidenciales de la República de Nicaragua para el año 1990,
con victoria de la demócrata Violeta Chamorro, fue un triunfo reconocido por el
socialismo allá gobernante solo en razón de la presión política: popular,
armada e internacional, que hacía
improbable una negativa socialista. Ora
y labora