Ciudad El Tigre, sábado 29 de noviembre de 2008
Ronny Padrón.
DEMOCRACIA CRISTIANA HOY.
Virtud demócrata versus la esclavitud socialista.
Es el planteamiento que los demócratas deberíamos profundizar ante los resultados del 23N. Consolidado el voto como instrumento de cambio político, es menester ampliar tal brecha en el régimen Chávez-FARC. Esta no es más que una documentada debilidad por sostener su fachada democrática, donde los eventos comiciales ocupan lugar primordial.
Más allá de las normales disquisiciones respecto a la cantidad de votos obtenidos por la alternativa democrática, el hecho cierto de la aceptación de emblemáticas victorias por parte del teniente coronel Chávez, no deja lugar a dudas sobre la magnitud de nuestra fuerza. Seguro estoy, que tal poderío se alcanzó precisamente gracias el contraste positivo que pudo brindarse ante el esclavismo promovido por el llamado Socialismo del siglo XXI.
Vislumbro entonces, un indetenible crecimiento demócrata tanto en lo político como en lo electoral, en la medida que sepamos brindar al ciudadano de a pie, demostración indubitable sobre la conveniencia de un régimen democrático de libertades, en lugar de lo que hoy padecemos.
Conjuntamente con la promesa de inclusión social, manifestada por el conjunto de gobernadores demócratas recién electos, emblema de su inminente gestión, otro tanto debería serlo, la optimización de la gestión pública mediante la prestación por particulares de servicios públicos que el Estado regional y local esté obligado solo a garantizar.
Aún dentro del reducido espacio de maniobra que el régimen Chávez-FARC permita a los alcaldes y gobernadores demócratas, son muchos los cambios que en tal sentido podrían implementarse con resultados de seguro halagüeños.
Bastaría con revisar el estado de funcionamiento de los hospitales, de común competencia de las gobernaciones, comparado con la prestación del servicio de salud por la empresa privada, para concluir sobre la mayor eficiencia por parte de esta última. La gerencia privada de servicios públicos, como vía para el logro de una mayor transparencia y eficiencia, es un camino ya abordado en otras latitudes, que nuestras autoridades demócratas deberían ensayar ha modo de profundizar el contraste con la perpetua corrupción e ineficiencia socialistas.
Porque al fin y al cabo, tenemos por norte la idea de concentrar al Estado tanto a nivel municipal y estadal, en la ejecución de lo que son sus funciones propias, cesando su hipertrofia, vicio generador de gobernantes que en lugar de mandatarios del pueblo que los elige, se consideran sus dueños, con base en el control indebido que mantienen sobre el patrimonio público.
En tal sentido, creo es menester, que en medio de las transformaciones políticas ha motorizar por parte de la alternativa demócrata, se destaque la necesidad de un mayor control sobre el uso del patrimonio público en campañas electorales. Tanto la Ley de partidos políticos, reuniones públicas y manifestaciones, como la muy publicitada Ley contra la corrupción, de reciente data, prohíben de manera categórica, la utilización de recursos públicos en beneficio de parcialidad política alguna.
Es el caso, que visto el colosal dispendio propagandístico por parte del partido político Chávez-FARC en la recién finalizada campaña, es obligante para la dirigencia demócrata exigir la investigación sobre tal financiamiento, hasta sancionar si tal fuere el caso. Un silencio en tal sentido seria estímulo para la continuidad de tal perversión electoral, en perjuicio de la evolución política de nuestro país. ORA Y LABORA.
caballeropercival@cantv.net