El
Tigre, viernes 21 de agosto de 2020
Ronny
Padrón
Democracia Cristiana Hoy
Unidad
pero sin cómplices ni corruptos
Mejor
dicho imposible. Porque la complicidad pública, notoria y comunicacional con el
socialismo, por parte de tantos dirigentes importantes dentro del movimiento demócrata nacional, sobremanera a
partir del 11 de abril de 2002, constituye causa primordial para la permanencia
de aquel en el poder, muy a pesar de todas las tratativas dirigidas al restablecimiento
pleno del orden constitucional, y considerando como fuere el balance destructivo de su gestión.
A partir
de allí resulta fácil colegir el porqué del reiterado fracaso en la misión de
liberar a Venezuela, si tenemos al frente a un régimen político racionalmente
indefendible: El enemigo cuenta con sus mejores agentes en medio de nuestras
propias filas directivas. Aberración que sumada a la propensión delictiva entre
esa misma clase política demócrata, propiciatoria con sus vicios del ascenso
socialista hacia el poder, configura el exacto perfil de esa oposición oficialista
necesariamente execrable si es que pretendemos
la libertad.
Porque
precisamente la complicidad y la corrupción son taras humanas que van a
contracorriente del patriotismo y de cualquier otra virtud republicana
necesaria al restablecimiento del orden constitucional. Comprendemos entonces cómo
estos personajes llegan a ser tan absolutamente indolentes ante el genocidio en
curso; su leitmotiv siempre será el lucro personal con total abstracción del
Bien Común.
Por ende
cuando algún político despistado (si es que ello existiere) se atreve a
proponer la concertación de esfuerzos
entre las diversas tendencias del movimiento demócrata nacional, y convoca para
ello a esa misma dirigencia cuyo accionar ¨inexplicablemente¨ errático sigue garantizando la hegemonía socialista, no queda
otra que pasar la página de inmediato, reorientando esfuerzos en consonancia
con el reto de confrontar a un sistema político internacionalmente procesado
por vínculos con el tráfico de drogas y el terrorismo, condenado como está por
violación sistemática de los derechos humanos, y cuya fuerza militar es
partidista, no obediente a la Constitución. Ora y labora.