El
Tigre, viernes 14 de agosto de 2020
Ronny
Padrón
Democracia Cristiana Hoy
La
República de Venezuela también regresará
Así ocurre con todo
aquello estimado como valioso por el ser humano, que ante la circunstancia de
una pérdida intrínsecamente temporal persiste hasta alcanzar la muy deseada
recuperación.
Hoy en
día, secuestrada como se encuentra, la República de Venezuela, en específico
los venezolanos que la reconocemos como autentica representación jurídico-política de
este gentilicio, enfrentamos un combate mortal ante dos enemigos formidables,
que de ella derivaron; por un lado el socialismo, constituido en régimen de
facto a partir del 11 de abril de 2002, actualmente identificado por la
comunidad democrática mundial como una organización promotora de actividades
vinculadas con el tráfico de drogas y el terrorismo, que lo hace objeto de
graves sanciones internacionales de carácter penal. Por el otro, un movimiento
democrático de suyo tan ineficiente en la encomienda de restablecer plenamente
el orden constitucional que ha resultado mayoritariamente catalogado como el
cómplice necesario para estos 18 años del socialismo en el poder, junto a su
legado genocida.
Así las
cosas, es un hecho público, notorio y comunicacional que todas y cada una de
las tratativas ortodoxas aplicadas a la fecha presente en dirección a la
liberación nacional, por muy diversos motivos carecen ya de utilidad, sobremanera
en razón de la mediocridad de esa misma dirigencia política que las llegó a
ejecutar.
Cabe
entonces preguntar: ¿Qué hacer? Cuando es la muerte, la tortura, el destierro
si no la cárcel, el destino común de los patriotas participantes en esta lucha existencial por la liberación
nacional. Por toda respuesta vale proclamar: ¡Resistencia! Pero no cualquiera
resistencia.
Porque
si bien es cierto el absurdo de confrontar mediante fuerza armada a un régimen
que destaca precisamente por ello, de allí la necesidad de activar a lo
inmediato el artículo 187 #11 de la Carta Magna, también lo es el que ese 90%
de la población nacional que hoy le repudia bien podrá lograr el cambio una vez tomare
conciencia de su propio poder político y encuentre el modo de canalizarlo
eficientemente. Es allí donde la resistencia democrática activa, con protestas
pacíficas, constantes y organizadas harán la diferencia, bien lo certifica la
historia contemporánea mundial.
No
debemos claudicar, pero sí evitar la confrontación en terreno ventajoso para el socialismo. Ganarse
el favor de partidarios del adversario
mediante la pertinencia en la protesta, es otra arista en medio de esa batalla
de las ideas, la que debemos conquistar para luego vencer en esta guerra por
nuestra liberación nacional ¡Prohibido Olvidar! Ora y labora.
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