El
Tigre, sábado 29 de agosto de 2020
Ronny
Padrón
Democracia Cristiana Hoy
De
sacrificios por la libertad
Pasados
como han sido 18 años del 11 de abril de 2002, inicio formal del régimen
socialista aún en el poder, resulta un lapso más que suficiente para comprender
a cabalidad que la esclavitud y el exterminio son políticas sistemáticas en
pleno desarrollo.
Así
entendemos en mejor manera que el hambre, la enfermedad y el miedo reinantes en Venezuela, son condiciones
humanas que el socialismo se esmera en perpetuar en la justa medida de mantenerse en el poder, por ende un estado
real de bienestar y prosperidad incipiente como el conocido durante la
República de Venezuela constituyen absoluta utopía bajo el socialismo, en el
entendido que es solo en la decadencia donde pueden prevalecer.
Por
ende, una vez estimada la magnitud del oponente en relación a nuestras fuerzas
como nación oprimida es menester sopesar las posibilidades reales de avanzar
hacia la liberación nacional vista como fuere la experiencia soviética, china,
coreana del norte y más recientemente la
República de Cuba, donde el socialismo tiene su impronta siniestra, solo útil
como aquella lección que no debemos
repetir. De allí que si al tiempo presente los venezolanos sobrevivientes al
socialismo, los decididos a permanecer en suelo patrio, sólo contamos con la
porción de libertad que conviene al régimen gobernante, es decir con una
libertad condicionada al capricho del poder, no podemos menos que propender,
con ese mínimo resquicio, a coadyuvar en lo inmediato al logro de la liberación
so pena de la perpetuación socialista.
Esto
viene a cuento cuando calibramos en su
justa medida las implicaciones de activar el artículo 187 #11 de la Carta Magna
en concatenación con las privaciones inherentes a las actuales y venideras
sanciones internacionales derivadas de la vinculación del régimen socialista en
gobierno con la violación sistemática de los derechos humanos, el terrorismo y
el tráfico de drogas.
No son
muchas las herramientas con las que cuenta el venezolano de a pie para cooperar
en el restablecimiento pleno del orden constitucional de conformidad con al
artículo 333 de la Carta Magna, más allá de la resistencia democrática activa,
pública, pacífica y constante. Si entonces, algunas de las tratativas en pro de
la liberación nacional implican privaciones del todo inevitables para el logro
del objetivo, creo llegada la hora de aceptar los sacrificios en favor de esa
nueva generación de venezolanos que merecen también su oportunidad de trabajar
para hacer justicia y construir un mejor país ¡Ni Un Paso Atrás! Ora y labora.
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