domingo, 16 de enero de 2011

Ciudad El Tigre, domingo 09 de enero de 2011
Ronny Padrón.
Democracia Cristiana Hoy.

¿Cómo se evita el asesinato de un tirano?

Asunto nada de sencillo más allá de la credibilidad que pueda tener el par de brujos argentinos que recientemente pronosticaron la desaparición de Hugo Chávez para este mismo 2.011.

Porque al tiempo de la prohibición moral desde hace mucho certificada por la Iglesia Católica en relación a esa clase de homicidios, está el hecho cierto de gobernantes cuyo accionar despótico y contrario al orden moral transforman su autoridad en una forma de violencia. Tal es el caso actual en Venezuela.

Es entonces, cuando ante el escenario de iniquidad presente, donde es público, notorio y comunicacional el carácter tiránico del régimen encabezado por el teniente coronel Hugo Chávez, se hace necesario el desarrollar estrategias que posibiliten una restauración constitucional dentro del marco de la justicia y la paz.

En tal sentido, se hace necesario potenciar la resistencia democrática activa conforme a la Carta Magna, de brillantes resultados ante el socialismo en gobierno, tal como lo certifica la muy reciente negativa del tirano en promulgar una Ley de Educación Universitaria tan violatoria de la Constitución como todas las recientemente aprobadas por la saliente Asamblea Nacional socialista, con una gran diferencia: el movimiento universitario de la mano de sus legítimas autoridades rectorales demostró indubitablemente su decisión de resistir el incipiente atropello.

Es menester entonces que la Mesa de la Unidad Democrática haga válido uno de sus postulados, que leído durante su instalación en fecha 08 de junio de 2.009 establece: ¨La unidad es la alternativa para la protesta cívica y valiente, pacífica y enérgica. Protesta para que se escuche la voz de un pueblo que no nació para ser coro de un hombre, ni acepta ser condenado al silencio. Protesta que no se agota en sí misma, porque tiene el sentido de ir construyendo una esperanza¨.

De tal manera que llegó la hora en que esa misma MUD, único referente organizado de la alternativa demócrata en Venezuela otorgue preeminencia a la protesta cívica, en los términos antedichos, en cabeza de patriotas venezolanos dispuestos a cumplir con ese trascendente rol, y deje hacer a los parlamentarios demócratas recién electos el trabajo para el que evidentemente se encuentran mejor preparados: la denuncia a nivel nacional e internacional sobre las transgresiones que a la constitucionalidad democrática caracterizan al socialismo en gobierno.

La realidad es necia y los hechos incontrovertibles. Una cosa es la valiosa certificación lograda el pasado 26-S respecto a la mayoría popular demócrata, y otra muy distinta es lograr el respeto a esa voluntad popular en el contexto diario.

Tenemos la amarga experiencia de la megabstención en 2.005, y la vivida en 2.007 en razón de la reforma constitucional. En ambos eventos los demócratas ganamos pero no ¨cobramos¨ por la falta de un liderazgo político apto para tal misión.
En las actuales circunstancias, cuando el régimen se despoja de su fachada democrática iniciando la formalidad tiránica, no corresponde a los fanáticos del electoralismo marcar nuevamente la pauta. Aún tenemos oportunidad de ahorrarle a Venezuela nuevas tragedias.

Claramente lo señala el canon 1903 del Catecismo de la Iglesia Católica: ¨ La autoridad sólo se ejerce legítimamente si busca el bien común del grupo en cuestión y si, para alcanzarlo, emplea medios moralmente lícitos. Si los dirigentes proclamasen leyes injustas o tomasen medidas contrarias al orden moral, estas disposiciones no pueden obligar en conciencia. “En semejante situación, la propia autoridad se desmorona por completo y se origina una iniquidad espantosa”. ORA y LABORA.
caballeropercival@hotmail.com

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