viernes, 20 de septiembre de 2013

El Tigre, sábado 14 de septiembre de 2013
Ronny Padrón
Democracia Cristiana Hoy
La ética debe regir también la política
Recto, conforme a la moral; es una de las acepciones más elementales y de seguro la más entendible del concepto ¨ética¨, y así lo consagra el Diccionario de la Real Academia Española. Sin embargo ni siquiera su sencillez ha hecho posible su aceptación por parte de quienes han detentado el poder político en Venezuela cuando menos desde el año 1974; la relación directamente proporcional entre la riqueza petrolera administrada por el Estado venezolano y nuestro declive como nación es la mejor prueba de ello.

Lo anterior es lugar común como lugar común la frase del político Gonzalo Barrios sentenciando: ¨En Venezuela se roba porque no hay razones para no hacerlo¨. Y así tantas anécdotas certificadoras de una realidad: La estatización del negocio petrolero  barrió con la ética en el común de la dirigencia politica venezolana.

Que haya estudios socio-económicos que puntualmente lo certifiquen  no es de extrañar pues ha sido el resultado reiterado en toda sociedad de similar nivel cultural al nuestro, cuando recibe tan colosal riqueza. En todas resalta el predominio del Estado sobre el ciudadano y por ende la administración y gestión de dichas riquezas se las adjudica siempre el Poder Público Nacional.

Las consecuencias socio-políticas  de ese hecho puntualmente económico son harto conocidas en Venezuela: la actividad política pasa a ser el oficio más apetecido pues la posibilidad del lucro fácil proviene precisamente de quienes están llamados a imponer el orden mediante la ley. Lo dicho: ¨En Venezuela se roba porque no hay razones para no hacerlo¨.

Pero es igualmente un axioma que ninguna sociedad prospera bajo la ecuación: Riqueza +Estado=Corrupción, por el contrario la depauperación es siempre segura en mayor o menor escala y el caso de Venezuela se haya entre  los peores. De allí que exista la tendencia política constante y permanente de cambiar un paradigma que a tantos empobrece y a tan pocos enriquece.
Volvamos entonces a la ética, ese actuar rectamente, conforme a la moral, es decir conforme al bien en detrimento del mal, que nos impone a nosotros, la mayoría que hoy padece a un paradigma benefactor de unos pocos, el trabajar con denuedo por reestablecer el orden debido de tales cosas en especial la cuestión política.

Negar hoy la existencia en Venezuela de una tiranía socialista, dominante absoluta del Poder Público Nacional, solo interesa a los usufructuarios actuales de ese sistema político. Como solo a ellos interesa sostener una ya malograda fachada democrática mediante  comicios regulados por su Poder Electoral.

Aprovechar cualquier hecho trascendente a la vida nacional como instrumento eficiente dentro de un proceso de protesta política, pública, pacífica y no armada en pro de la restauración constitucional, hoy derogada de facto, va en conformidad con la búsqueda legítima de la libertad y la prosperidad de los pueblos, así lo indica la historia.

Bajo un liderazgo demócrata distinto al actual, consciente de  un necesario cambio de paradigma donde la riqueza nacional pase a ser propiedad absoluta de cada ciudadano y el Estado dependa económicamente sólo del pago de impuestos por parte de los venezolanos, el venidero proceso electoral municipal  puede llegar a constituirse desde ya en una brillante etapa en el proceso de liberación nacional.

Caso contrario, de permanecer la actual directiva de nuestra Mesa de la Unidad Democrática-nacional (MUD) el 8 de diciembre de 2013 será recordado como otro evento electoral legitimador del régimen gobernante en Venezuela, haciendo más fuerte a la minoría tiránica socialista y más débil a la mayoría demócrata que la padece. ORA y LABORA.









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