El Tigre, sábado 28
de diciembre de 2013
Ronny Padrón
Democracia
Cristiana Hoy
MUD
decídete: claudicación o resistencia
Si algo de bueno
llegó a tener el pasado evento comicial del 8D, estimo fue el permitirnos
visualizar sin ambages la realidad política del país. Hasta los más
connotados representantes del
electoralismo en nuestra Mesa de la Unidad Democrática (MUD) reconocen la
imposibilidad fáctica de vencer a la tiranía socialista en gobierno, bajo las
condiciones electorales fijadas por el CNE-PSUV.
La anterior
conclusión no deriva precisamente de la prenombrada cita electoral, no. Es el
producto de una agenda política iniciada por la Coordinadora Democrática con el
famoso Referendo Revocatorio Presidencial del año 2004, continuada por nuestra MUD
hasta el sol de hoy, cuyos resultados políticos se mantienen invariables: El
régimen siempre gana lo necesario para
sostenerse en el poder.
Y ciertamente no es
solo el mérito del régimen gobernante la cabal ejecución de una agenda electoralista
con resultados tan favorables. Ha sido necesaria la plena participación de una
dirigencia demócrata organizada, absolutamente incapaz de hacer valer la norma
constitucional en defensa de nuestros derechos electorales, todo por cuanto el
electoralismo que ellos profesan tiene
pertinencia solo en países bajo régimen democrático; Venezuela dejó de serlo desde aquel 11 de
abril.
La renuencia para
aceptar tan evidente realidad ha hecho posible que un régimen tiránico inviable
per se (socialismo) no solo ha
permanecido en el poder luego de 14 años, además llegó a trascender la vida de
su fundador: el tirano Hugo Chávez. Para que ilustremos lo anterior vale destacar
la pésima calificación obtenida por esta
Venezuela, en todos los ámbitos socio-políticos de objetiva medición: hambre,
enfermedad, crimen.
Ante ello, cabe
retomar la agenda de protesta política pública, pacífica y no armada, consagrada
en la Carta Magna, de probada eficiencia para defenestrar así fuere brevemente
al tirano Hugo Chávez en el año 2002. La resistencia democrática activa, como programa
político de confrontación pacífica ante regímenes inhumanos como el imperante
en Venezuela, se caracteriza precisamente por la protesta como bandera de lucha
colectiva capaz de generar procesos constantes de resistencia no violenta,
hasta el logro de la restauración constitucional, esta debe ser reasumida por
el movimiento demócrata organizado, en nuestro caso por la MUD, y para ello
requerimos de una directiva nacional consustanciada con dicha agenda.
Bajo una agenda
política basada en la resistencia democrática activa, las 75 alcaldías de la MUD y sus alianzas,
producto del 8D, podrían llegar a constituirse en formidables bastiones de
lucha política para la restauración constitucional, sí y solo sí tales
burgomaestres y respectivos concejales asumen
a plenitud lo que es su deber patriótico
en salvaguarda de la Carta Magna, repudiando en simultáneo toda imposición
socialista en contravención a tal deber. No por casualidad el 168
constitucional mantiene plena vigencia.
La paz, sin libertad ni dignidad lleva por nombre esclavitud. ORA y LABORA.
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