El Tigre, lunes 03 de
marzo de 2014
Ronny Padrón
Democracia
Cristiana Hoy
Libertad:
el que se canse, la pierde
Lo anterior parafraseando
a Leopoldo López, prisionero político, líder de la actual rebelión popular por
mérito propio. Porque no tenemos alternativa: La libertad con dignidad para
Venezuela, descansa en la continuidad del proceso de protestas políticas, públicas,
pacíficas y no armadas, vigente, si de
veras pretendemos la restauración constitucional derogada de facto con la masacre
del 11 de abril de 2002.
Porque a diferencia
de lo ocurrido con motivo del histórico Paro Cívico Nacional (2002-2003) comprendimos
en forma inequívoca el carácter indispensable de las manifestaciones públicas
para el logro del objetivo constitucional. A semejanza de aquel evento, se
escuchan voces genuflexas de quienes propugnan la vía del diálogo político como
alternativa al vigente proceso de protestas a modo de alcanzar una paz sin
libertad que es igual a esclavitud. Parecieran desconocer la naturaleza
política del régimen en gobierno, o bien pretenden simularlo.
Para aclarar tan
importantes conceptos, nada mejor que revisar en detalle la explicación que en
tal sentido nos brindó recientemente Leopoldo López a través de su mensaje a la
nación, leído públicamente por ese otro insigne patriota, hoy en la
clandestinidad, Carlos Vecchio.
En primer término,
vivimos bajo una dictadura, es decir un régimen político tiránico, donde el abuso
o imposición en grado extraordinario de cualquier poder, fuerza o superioridad,
es la regla del tirano gobernante, tal como lo ejemplifica la ¨reacción
represiva criminal contra las protestas, un zarpazo a las libertades que no
deja duda alguna¨.
En segundo lugar.
¨Debemos mantenernos firmes con la
protesta pacífica. No hay ninguna razón
para claudicar en nuestra lucha. No debemos rendirnos; debemos avanzar por los
caídos, por los torturados, por los presos y por todo el pueblo de Venezuela…¨.
Ello por cuanto este proceso de protestas pacíficas, cerradas como están los restantes
mecanismos de cambio político, constituye la mejor aplicación del texto
constitucional, adaptado a la vigente circunstancia.
Por ende, cualquier
proceso de diálogo solicitado por un régimen político ilegítimo desde el 11 de
abril de 2002, no puede jamás plantearse
como alternativa a la protesta pública vigente, por cuanto la restauración
constitucional es un principio no negociable de allí que, viene a ser
moralmente imperativo, que una tratativa de esa índole no altere un ápice en la
dinámica de este proceso de rebelión popular.
A todo evento, como
nos lo señala claramente Leopoldo López, un llamado a diálogo por parte de la
tiranía gobernante solo puede ser respondido en el marco de una agenda de
hechos concretos, que enmarcada en la Constitución y la justicia, consagre
entre otras condiciones de previo cumplimiento a saber: la liberación de todos
los presos políticos y el retorno de los exiliados, justicia para los fallecidos por la represión
y el abuso, la recomposición de los poderes públicos cuyos mandatos están
vencidos, conforme a la Constitución, la
renuncia del actual encargado de la represión política del régimen el general
Miguel Rodríguez Torres, y de la fiscal general del régimen Luisa Ortega Díaz.
Queda en manos del régimen
socialista en gobierno, el participar de un proceso de transición política para
Venezuela en el marco de la paz con justicia y perdón, o en su defecto dar pie
a la continuación de esta rebelión popular basada en la protesta pacífica y
constitucional, pero irreverente y contundente, hasta el restablecimiento cabal del Estado
Democrático y Social de Derecho y de Justicia, hoy derogado de facto. ORA y
LABORA.
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