El
Tigre, viernes 17 de abril de 2020
Ronny
Padrón
Democracia Cristiana Hoy
¿Hasta
cuándo esperaremos por Guaidó?
Porque
resulta indudable que buena parte de la culpa por el genocidio que azota a
Venezuela recae sobre los hombros de esa Oposición Electorera y Masoquista que
primero dio pie al ascenso del Socialismo al poder político, garantizando
además su actual permanencia en el poder, ello contra toda lógica y razón.
Igualmente cierto el que la Presidencia Encargada se encuentra en manos de un
dilecto representante de esa Oposición Oficialista, que ajena a los intereses
nacionales se dedica en tiempo completo a preservar y consolidar sus beneficios
personales y grupales.
Solo
así adquiere sentido la irrelevancia del Presidente Encargado para cumplir la
misión libremente asumida por él, ese 23 de enero de 2019: Coordinar el
inmediato restablecimiento del orden constitucional, poniendo fin a la masacre
en curso. Sin embargo vemos con estupor como desde entonces la gestión del
precitado mandatario se ha caracterizado precisamente por su contradicción de
pensamiento y acción en relación al objetivo planteado, así entonces pasó a
convertirse en la mejor garantía de continuidad para el socialismo criollo, haciendo
caso omiso a la tragedia humanitaria de una
sociedad que muere de hambre, enfermedad y hampa, siempre bajo la receta
socialista.
Ahora
bien, el presente escenario dominado por el ¨Virus de China¨, como ya es
costumbre va siendo utilizado eficientemente por el Estado Criminal Socialista
en el poder, mientras la Presidencia Encargada sigue tan desorientada como el
23 de febrero de 2019, fecha de la fracasada operación para ingresar la ayuda
humanitaria internacional a la República de Venezuela, revés que nunca pudo
superar habida cuenta la notoria ineptitud del personaje de marras para cumplir cabalmente la encomienda que de él se esperaba.
A la fecha presente sólo la proverbial asertividad del actual Presidente de los
Estados Unidos de América en su empeño por la liberación de Venezuela puede
abonar un voto de confianza en esta larga espera por el retorno democrático a
nuestra ¨Pequeña Venecia¨. Ora y labora.
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