Ciudad El Tigre, sábado 17 de diciembre de 2.011
Ronny Padrón.
Democracia Cristiana Hoy.
Los antivalores como paradigma político.
Es el caso venezolano, lo digo con propiedad. No es sólo al tiempo presente bajo régimen socialista, también lo fue durante la partidocracia, su génesis. Cuando un país mantiene antivalores como paradigma político, las cosas marcharán mal para tal sociedad y ello sólo podrá empeorar.
Lo anterior es sabido, como sabido también que sí se puede cambiar con el concurso de todos los involucrados, es decir los venezolanos. La experiencia mundial lo certifica: ningún pueblo es tan brillante que no pueda alguna vez fallar, verbigracia: Alemania, ni tan mediocre para no corregir y avanzar, como la República de Chile.
De tal manera qué, no debemos continuar impasibles como sociedad, contemplando cómo nuestra dirigencia política, tanto la socialista como la demócrata, siguen enarbolando antivalores, unos para sostenerse en el poder, otros para acceder a él, prueba irrefutable de que nuestro gentilicio simpatiza con dicha manera de ¨hacer política¨, perpetuación de nuestra pobreza y atraso entre los pueblos del mundo.
Esto viene a cuento refiriendo lo obvio que resultaría proponerle a Venezuela un proyecto de país fundamentado en pautas universalmente reconocidas y probadas como eficientes para allanar el camino al progreso de los pueblos; diametralmente opuestas a lo acostumbrado por acá.
Entonces me pregunto: Cuán difícil será plantear a los venezolanos, por ejemplo, la reforma a la Carta Magna para que todo el capital nacional (PDVSA, CVG, hoteles, yacimientos petrolíferos y auríferos, entre otros) hoy administrado y gerenciado por el Estado, con resultados ya conocidos, sean ¨devueltos¨ a cada venezolano, por nacimiento o naturalización, mayor de edad para X fecha, en legítima propiedad, mientras el Estado, únicamente administre el dinero que reciba de los ciudadanos mediante el pago de tributos, para el cumplimiento de sus funciones propias (gobierno y administración pública, legislación y jurisdicción) tal como acontece en todas las naciones hoy desarrolladas.
O bien ésta otra. Todo funcionario público de elección popular, estará obligado por ley a recibir asistencia médica, únicamente por parte del Sistema Nacional de Salud Pública, so pena de destitución de su cargo.
Agrego una más, que no por conocida deja de ser especialmente ¨radical¨, una qué ciertamente separa a aquellos pueblos bajo regímenes democráticos de libertades, de las sociedades bárbaras, ha saber: el establecimiento de un poder judicial autónomo con alto grado de profesionalización y meritocracia, tal como lo pauta nuestra vigente Constitución; inobjetable garantía para la preservación de la paz en sociedad.
Porque valores como la verdad, la honradez, la solidaridad, el trabajo, la justicia social y la igualdad de oportunidades, resultarán siempre de mejor provecho social que continuar promoviendo la mentira, la violencia, la impunidad, la cobardía, el rentismo y el populismo, bajo la ruin justificación de qué: ¨... en Venezuela así es que se ganan elecciones¨. Sin reparar en que todo error tiene su costo, el que más temprano que tarde habremos de pagar. Seguimos a tiempo para cambiar.
En ésta línea de cambios, valores y meritocracia, me permito recomendar la reflexiva lectura de: ¨El voto de Bolívar, ¨…sin exceptuar una paja¨, obra del insigne escritor Luís Eduardo Schroeder Soto, recientemente publicada, que nos brinda un análisis sobre importantes pasajes en la vida del Libertador, en tal grado exhaustivo, capaz de invitarnos a reflexionar sobre la importancia de la excelencia como meta perpetua y constante en nuestro diario quehacer. ORA y LABORA.
caballeropercival@hotmail.com
jueves, 22 de diciembre de 2011
Publicado por
Aquiles Márquez, Héctor Ruíz Aguilar, Milagros Alcántara, Pablo Carrión, Ronny Padrón.
en
17:14
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