jueves, 22 de marzo de 2012

Ciudad El Tigre, sábado 17 de marzo de 2012
Ronny Padrón.

Democracia Cristiana Hoy.

El socialismo es contrario a la verdad.

El socialismo como doctrina política basada en la propiedad y administración colectiva de los medios de producción, legítimo heredero de la lucha de clases y de la oposición a la propiedad privada, banderas estas del comunismo, nunca tendrá a la verdad entre sus principios, a lo más sólo como instrumento de poder. Veamos.


Como imposible es la existencia de un socialista auténtico que fuere en simultáneo católico legítimo, igualmente y por las mismas razones, padecemos hoy en Venezuela la eterna contradicción entre un gobierno socialista y la necesaria verdad.


Cuando una doctrina política se fundamenta en la oposición a valores ínsitos al ser humano tales como la familia, fraternidad y la propiedad privada, proponiendo en lugar de ello la lucha de clases y la colectivización de los medios de producción, el acceso al poder político de tal corriente de pensamiento sólo será posible a través de la mentira y/o la violencia. Ello por cuanto ninguna sociedad está dispuesta a sacrificar la familia, la fraternidad y la propiedad, voluntaria y conscientemente en condición permanente.


Es así como todos y cada uno de los experimentos socialistas a lo largo de la historia presentan común destino: la defenestración, transcurrido como fuere tiempo suficiente como para develar la inviabilidad socialista, una vez que las gentes logran neutralizar la violencia política que le es inherente.


Lo que va ocurriendo en Venezuela pasados 13 años de socialismo, obedece al mismo guion. El estatismo, heredado de la partidocracia, ahora exacerbado bajo el socialismo, soberbio a causa de un petróleo de elevados precios, ha logrado retardar lo que no debió pasar de un trienio.


Pero a la fecha, la inviabilidad gubernativa socialista asumió un protagonismo que no podrá abandonar. No bastaba con la violencia homicida que ha hecho de Venezuela un territorio de peligrosidad mundial. Tampoco el descenso en la productividad económica del venezolano, cada día más dependiente ante las dádivas del Estado, una verdadera esclavitud. Faltaba el colapso de los servicios públicos básicos, que apenas va comenzando.


El régimen socialista había logrado cabalgar en base a mentiras, recientes crisis como la penitenciaria y la de electricidad, hoy día sin embargo el agua potable constituye una problemática de tal magnitud que no le bastará con la farsa y el silencio para mantener el indispensable orden social.


Sumado a ello el enigmático estado de salud del teniente coronel Hugo Chávez, personificación única del socialismo en gobierno y sin heredero aparente, es sencillo colegir la necesidad que tiene el régimen en profundizar su repertorio de mentiras y violencia hasta tanto no se viere superado por fuerzas políticas de mayor entidad.


Esperar la claudicación voluntaria del régimen, en razón de su sólo fracaso gubernativo es cuando menos quimérico vistos los antecedentes del socialismo cuando se halla en el mando. En Corea del Norte y en Cuba, pasados más de 50 años, los equivalentes de Hugo Chávez siguen optando por la depauperación y la muerte de miles de sus compatriotas antes que contrariar el desiderátum socialista: conquistar y mantener el poder.


Hoy más que nunca es menester ganar la más importante de las batallas políticas: ¨La batalla de las ideas¨ empleando para ello la mejor de nuestras armas, la verdad, a modo de reducir a su más mínima expresión la farsa socialista, haciendo entonces posible una restauración constitucional pacífica. ORA y LABORA.
caballeropercival@hotmail.com

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