Ciudad El Tigre, sábado 01 de junio
de 2013
Ronny Padrón
Democracia Cristiana hoy
El
político tiene que ser valiente
Refiriéndonos
obviamente a quien pretenda ser dirigente. La valentía: Acción material o inmaterial
esforzada y vigorosa que parece exceder a las fuerzas naturales; acepción
aparejada con la fortaleza, virtud cardinal que según nuestra doctrina católica
consiste en vencer el temor y huir de la temeridad.
Hago mención a ella,
la valentía, en el entendido que ha sido su carencia por parte del común de
nuestros dirigentes demócratas nacionales, causa fundamental para el ascenso y
permanencia de la tiranía socialista en gobierno.
Como prueba de lo
anterior me atrevo a exponer la desfachatez que ha caracterizado al régimen
gobernante a lo largo de estos años, que salvo la farsa del tirano Chávez
haciéndose pasar por demócrata para ganar la elección del 98 jamás ha ocultado
en lo adelante su intención de esclavizarnos o en su defecto exterminarnos. Frente
a ello la respuesta de nuestra dirigencia demócrata nacional ha sido siempre la
misma: retroceder. Con una muy noble excepción: El 11 de abril de 2002.
Los argumentos para
tan ineficiente tratativa van desde los más absurdos: ¨La natural ineptitud
socialista en gobierno los hará caer por si solos¨, hasta los más elucubrados:
¨Los militares institucionalistas harán respetar la Constitución¨; siempre con
un mismo resultado: La tiranía socialista continúa gobernando.
Y tal será la noticia
de mañana mientras nuestra dirigencia política nacional no sea capaz de aprobar
la única prueba pendiente, esa que apenas asomada el precitado 11 de abril dio
lugar a la renuncia del tirano, y precisamente por la inconsistencia en su
accionar propició el retorno al socialismo.
Vamos entonces a
especular ¿Cuál sería la historia de Venezuela si: Carmona en lugar de huir a
la Embajada de Colombia hubiera asumido con argumentos su responsabilidad
política en abril de 2002?; si Carlos Ortega en lugar de asilarse en la
Embajada de Costa Rica en 2003 asume con fundamentos su rol político en el Paro
Cívico Nacional; si Enrique Mendoza en lugar de ¨aparecer¨ a la semana
siguiente del RR en 2004 exige ¨Constitución en mano¨ y desde ¨la calle del
medio¨, el reconteo público de cada voto y la auditoría de los cuadernos
electorales utilizados entonces. O cuando menos si en 2007 la dirigencia
nacional de otrora hubiera protestado en
público, pacíficamente y sin armas, exigiendo la publicación de la
totalidad de los resultados electorales correspondientes al referendo sobre la
reforma constitucional de ese año. Ello por solo mencionar eventos políticos en
la primera etapa del régimen. La etapa más reciente ha sido igual de prolífica
en tal sentido.
Nada ni nadie puede
obligar a que un dirigente logre ser valiente, pero igualmente ningún dirigente
podrá jamás impedir al pueblo el procurarse una dirigencia de valientes,
indispensable cuando se trata de merecer la libertad y la dignidad nacional.
ORA y LABORA.
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