El Tigre, sábado 22
de agosto de 2014
Ronny Padrón
Democracia
Cristiana Hoy
Así
es el socialismo cuando gobierna
Escasez de productos
esenciales a la vida humana, la más alta inflación del mundo, violencia criminal desenfrenada, amenazas de
aumento de la gasolina, planificación
del control de compras a través de capta-huellas para los consumidores,
violencia física contra los presos políticos, persecución contra los dirigentes
de la resistencia democrática; todo ello por
parte de una dictadura que en 12 años
-contando desde la masacre del 11 de abril- ha desperdiciado los mayores ingresos de la historia petrolera
venezolana. Era de esperarse y esto es solo el comienzo, se trata del
socialismo cuando es gobierno.
Porque siempre será
peor mientras el socialismo gobierne, lo dice la historia, como también nos
dice que ello sólo tendrá lugar en tanto dichos regímenes adolezcan de una resistencia política capaz de frenar y
eventualmente someter con la fuerza popular a tan pérfida doctrina en su perpetuo afán de
esclavizar.
Es ese el caso
venezolano. Qué podíamos esperar en nuestro país cuando superada como ha sido
la primera etapa de ¨La Salida¨, movimiento patriota de protesta pública,
pacífica y no armada que logró despertar la conciencia de los venezolanos en
pro de la liberación nacional, pagando sí un alto precio en fallecidos,
lesionados, prisioneros y perseguidos políticos, observamos con estupor que el grueso de la
dirigencia demócrata nacional se esfuerza por destacar como ¨oposición¨, legitimadora
de una tiranía, cuando le corresponde actuar como resistencia,
resistencia democrática activa.
Porque ¿Cuándo una
dictadura socialista fue defenestrada por su oposición? Respuesta: nunca. Por
cuanto la sola crítica ante una
situación siempre apocalíptica, que pretende converger hacia procesos
electorales como vía de cambio político, nunca resultará suficiente para ganar
la democracia, ello en virtud de la incapacidad intrínseca de una oposición para
¨quebrar¨ el absolutismo de todo régimen socialista.
Tal cosa solo es
posible a través de un movimiento de resistencia democrática, que dejando de
lado conciliaciones inmorales, comience por llamar las cosas por su nombre, en todo momento, lugar y
circunstancia, con la pertinencia del que
habla con la verdad.
En tanto exista una
mayoría de dirigentes demócratas que en complicidad con el régimen llamen democracia a otra dictadura, y
consideren Presidente a un usurpador, resultará imposible la organización
popular necesaria a la salida constitucional de la tiranía. De allí la
importancia por concretar el Congreso Ciudadano, pautado para el venidero mes
de octubre, escenario inmejorable para que la sociedad democrática organizada
exprese sin cortapisas la auténtica visión de cambio hacia la liberación
nacional, alejada como debe estar del colaboracionismo opositor, siempre aliado
al socialismo esclavista. ¨El que se cansa pierde¨. ORA y LABORA.