El Tigre, viernes 1
de agosto de 2014
Ronny Padrón
Democracia
Cristiana Hoy
Estamos
en dictadura, socialista
Mensaje de
Perogrullo, que el grueso de la dirigencia demócrata nacional parece no querer
aceptar, visto su discurso y su actual accionar. Entre las razones para tal absurdo
evocamos a un par: cobardía y corrupción moral. La primera, típica del
habituado al devenir de la otrora etapa democrática, que en tiempo dictatorial no piensa más que en retroceder,
huir o bien claudicar ante la junta cívico–militar-socialista en gobierno.
Sobre la segunda de estas razones, la corrupción, va de la mano de la anterior;
su arquetipo está representado en la vieja guardia demócrata que sin excepciones válidas a destacar,
fueron grandes corresponsables del presente horror, ello en razón de sus
grandes taras, que sin embargo pretenden
protagonismo en medio de la hecatombe.
Ante ellos, es muy
fácil deslindar al nuevo liderazgo patriota. Venezolanos como Leopoldo López, actual prisionero
político de la tiranía socialista, pagando por la valentía de encabezar
protestas públicas, pacíficas y no armadas dirigidas sí, a restablecer la
constitucionalidad democrática, perdida desde aquel 11 de abril de 2002; María Corina Machado, dama notable en sus conceptos, heroica en su
trajinar, enemigos jurados ambos del socialismo esclavista, solo por
representar al sector más avanzado del nuevo liderazgo demócrata nacional, que
junto al siempre irreverente movimiento estudiantil mantienen en jaque a la junta
cívico-militar en gobierno.
Así entonces nos
corresponde a nosotros los venezolanos de a pie, aterrados como estamos frente
al socialismo en gobierno, que siempre amenaza matarnos de hambre, enfermedad o
a manos del hampa, profundizar el referido deslinde. Porque resulta
incuestionable la influencia que en politica puede llegar a tener un pueblo
cuando se decide a cambiar, y eso inicia con execrar de la política al
colaboracionismo y a la traición.
Ahora mismo, cuando
el propio movimiento demócrata organizado da muestras de una voluntad por
cambiar a lo interno, es necesario que cada patriota venezolano haga manifiesto
desde su particular trinchera de lucha, la más férrea convicción en favor de un
nuevo liderazgo al frente de la liberación nacional. Un liderazgo que para
comenzar emplee un lenguaje cónsono con las circunstancias políticas del
presente, en nada parecidas a las vigentes en cualquier democracia, más bien
similares en todo caso a las ya existentes en Cuba, la isla-cárcel.
Formalizada como está
la tiranía socialista devenida en junta
cívico-militar, integrada por su vocero político Nicolás Maduro Moros, por el
capitán del ejército Diosdado Cabello, en representación de la fuerza militar,
y Rafael Ramírez, voz financiera del
régimen a través de su PDVSA, es momento de formalizar también un frente de
resistencia democrática por la libertad de Venezuela, capaz de asumir la lucha
por la restauración constitucional, estimadas como fueren las condiciones de esta realidad, que si bien adversas
(La casi totalidad de los medios de comunicación social al servicio del régimen, la asfixia económica,
el reinado de la violencia promovida por el Estado) debidamente consideradas y
mejor canalizadas pueden dar lugar a la
restauración democrática, labor del todo imposible bajo el actual rumbo de la
¨oposición¨, marcado este por un
colaboracionismo electoralista.
Apostamos por la
unidad democrática, sí, pero unidad en torno a valores y principios éticos,
donde la honradez y la valentía del dirigente político destaque por sobre la
miseria moral de los cobardes y traidores. ¨El que se cansa pierde¨. ORA y
LABORA.
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