El Tigre, domingo 09
de Agosto de 2015
Ronny Padrón
Democracia
Cristiana Hoy
Alerta:
El colaboracionismo tampoco paga
Porque al igual que
el crimen y la traición, el colaboracionismo siempre termina ¨castigando¨ a sus
¨cómplices¨, permanentes o eventuales. Una elemental lección política que el
común de los partidos
demócratas criollos integrantes de la oposición colaboracionista nacional se
niegan a aceptar, aun padeciendo en ¨carne viva¨ el alto costo político de
sostener esa práctica non sancta.
Veamos. A partir del
fraude electoral socialista de 2004 en ocasión del Referendo Revocatorio Presidencial, el colaboracionismo
y la traición del común de los partidos políticos demócratas criollos se hizo evidente a través de un discurso
político de cohabitación con la dictadura socialista en gobierno, ya
oficializada con la masacre del 11 de abril de 2002. Dicho discurso de
colaboracionista y traidor, siempre apoyando el disfraz democrático del
régimen, viene acompañado de un accionar electoralista caracterizado por la
obsecuencia ante las violaciones constitucionales de naturaleza comicial,
emblemáticas de toda elección bajo gobierno socialista.
Es en ese escenario de claudicación y
complicidad donde no faltaban las acciones jurídicamente formales para que el
Tribunal Supremo de Justicia, -órgano judicial al servicio del socialismo y su
dictadura- interviniera en las disputas
internas de los partidos demócratas, en la idea absurda de un fallo favorable.
Sentencias que ciertamente
podían beneficiar coyunturalmente al
demandante, pero que en lo políticamente trascendente solo servían para allanar
el camino a la actual tragedia de esa oposición colaboracionista nacional,
cuando el Poder Judicial del régimen se
ha dedicado a intervenir las directivas de partidos políticos demócratas
en vísperas de una campaña electoral que se vislumbraba contraria al socialismo
y su dictadura.
Así entonces la
lección luce evidente: más allá de la moraleja bíblica sobre la perenne
negación a buscar como juez al reconocido enemigo, en tiempos de dictadura la
condena discursiva y un accionar consecuente, frente a todos los órganos públicos dependientes de un
régimen inconstitucional, debe ser parte
esencial del credo opositor para quien se considere tal, lo contrario es
exponerse a lo presente en Venezuela: Una
colosal mayoría político-electoral en
repudio al régimen gobernante, que sin embargo tiene en su dirigencia
política al gran obstáculo para consolidar el cambio por vía constitucional.
Es necesario contar
con un liderazgo demócrata en capacidad de llamar las cosas por su nombre, que mediante un discurso valiente y auténtico
haga sentir vergüenza a todo aquel venezolano que en modo alguno siga siendo
capaz de apoyar la continuidad del socialismo y su dictadura, pues la realidad
lo describe como el cómplice de un crimen: nos están matando de hambre, enfermedad y a manos del
hampa.
De continuar con el guion del martirio y la
aceptación silente por parte del liderazgo demócrata actual, frente a la
criminalidad del socialismo y su dictadura, la desconfianza y la incredulidad
ganarán terreno en medio de nuestras
filas, diezmando la confianza en nuestra propia fuerza política como mayoría
popular para el momento de enfrentar los venideros intentos de fraude y
dominación, típicos de esta ideología esclavista. Fuera Nicolás Maduro, y venga
la observación electoral de la ONU y la Unión Europea. Ora y labora.
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