jueves, 18 de marzo de 2010

El socialismo real: La mentira y la violencia en el poder.

Ciudad El Tigre, viernes 12 de marzo de 2010
Ronny Padrón
Democracia Cristiana hoy

El socialismo real: La mentira y la violencia en el poder.

La anterior afirmación tiene un fundamento conocido, sin embargo subestimado. De allí la reiteración de esa presencia, para desgracia de la humanidad. El reciente accionar de uno de sus connotados representantes, Luis Inacio ¨Lula¨ da Silva, confirman la necesidad de prestarle mayor atención.

Al tiempo de redactar estas líneas, el gobierno brasileño hace pública su decisión: Niega su intercesión por los prisioneros políticos cubanos, ante sus carceleros, los hermanos Castro; haciendo caso omiso de las fuertes críticas internas y externas que por ello ha recibido tal administración.

Previo a ese anuncio, se conoció del cordial encuentro habanero, entre los precitados hermanos Castro, y el presidente brasileño. Lo anterior, es la reiteración de un hecho público y notorio: La esencia perniciosa del socialismo real, en su relación con los pueblos.

Si bien es cierto, que el saliente gobernante brasileño ejecutó en su país una gestión exitosa, identificada con la socialdemocracia, muy alejada esta del socialismo que tuvo a bien propugnar hasta hacerse presidenciable; fue el pragmatismo, y no la convicción, lo que signó tan asertivo cambio.

Un cambio pragmático, no ideológico. Luis Inacio da Silva, como todo marxista que se precie de tal, podrá cambiar de discurso, mas no de convicción. Para comprobarlo, basta con mirar sus tratativas en la arena internacional. El horror socialista que no quiso para el Brasil, recibe su apoyo para el resto de Latinoamérica.

Porque el socialismo real es así. Cuando no accede al poder a través de la violencia como en Corea del Norte, lo hace con la mentira, verbigracia en Cuba y ahora en nuestra Venezuela. No podía ser de otra manera. Nunca se atreverían y menos hoy día, a proclamar en público los fundamentos de tan funesta ideología: 1. Propiedad y gestión de los medios de producción por parte de los propios trabajadores o algún otro ente colectivo. 2. La lucha de clases, y su consecuente dictadura del proletariado, y 3. El socialismo como etapa de transición hacia el objetivo final: El comunismo.

De allí el porqué de tal binomio: mentira y violencia, inherentes al socialismo real; para acceder al poder o para mantenerse en él.Tales reflexiones, las estimo de especial pertinencia por estos tiempos preelctorales. La prominente presencia de un contingente de aspirantes, fieles creyentes del socialismo, que oportunamente transmutados a demócratas en primarias, constituyen la mejor garantía para la continuidad política de esta calamidad hecha doctrina.

El ser demócrata, implica asumir una particular postura individual en medio de una sociedad, basándonos para ello en una conducta determinada por valores de verdad, honradez, tolerancia, justicia, trabajo y solidaridad; virtudes que en modo alguno podríamos circunscribir a la simple condición de quien funge como opositor frente a una dictadura socialista, promotora esta de comicios en la perpetua intención de fraude.

Tengamos presente las eternas verdades contenidas en las Sagradas Escrituras: ¨Conozco tus obras: no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! por eso, porque eres tibio, te vomitaré de mi boca¨. Ap.3, 15-16. ORA y LABORA.
caballeropercival@cantv.net.

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