jueves, 2 de mayo de 2013


Ronny Padrón
Democracia Cristiana Hoy
La cohabitación salva al socialismo
Hasta cuándo seguirá el tormento, que mantiene por víctima a Venezuela a manos del socialismo en gobierno, cómplice del colaboracionismo dominante en la dirigencia demócrata nacional a partir de la masacre del 11 de abril.
Desde aquel tiempo padecemos la terrible alianza de tan pérfidos enemigos de la Patria. Es así como desde aquella ominosa tarde, secuestrados como han sido por el socialismo todos los órganos del Poder Público Nacional (especial mención del Poder Electoral) un hecho público, notorio y comunicacional, todavía quienes se hacen llamar dirigencia nacional otorgan aval democrático a cualquier entidad del régimen de facto.

Es precisamente eso lo que acontece. Nuestro candidato de la unidad democrática en los recientes comicios presidenciales, ante un resultado electoral ajustado, emitido por un órgano comicial reconocidamente obediente al régimen de facto, la misma noche del 14 de abril solicita públicamente el re-conteo de la ¨totalidad de los votos¨ - algo lógico incluso si se tratare de un régimen democrático de libertades considerado el estrecho margen de votos -  pero a los pocos días, ese mismo candidato producto del chantaje público en cabeza de la tiranía gobernante, acepta el ofrecimiento del Consejo Nacional Electoral socialista  para recontar,  ya no la totalidad de los votos, sino el de una porción muy inferior a la mitad, y bajo las condiciones que fije a posteriori ese mismo CNE y lo que es aún más grave: desmovilizando una gran herramienta de presión política: el pueblo en la calle, bien armado de la razón y la Constitución.

Lo siguiente era de esperarse: el órgano electoral oficial dejó transcurrir toda una semana antes de presentar condiciones conforme a las cuales se  habría de realizar una auditoría que incluiría el reconteo de algunos votos. En tanto, frente a lo evidente, nuestro candidato de la unidad democrática no tuvo mejor idea que anunciar acciones jurídicas en contra de los resultados comiciales en cuestión, a ser interpuestas en el TSJ y el CNE, hechos en socialismo.

Lo anterior, es solo la más reciente muestra de lo que ha sido el accionar de la dirigencia demócrata nacional los últimos 11 años, donde a pesar de contar con la fuerza popular, evidente en cualquiera de sus expresiones políticas: elecciones, protestas o abstenciones, se confiesa inepta para cumplir siquiera con el primer mandamiento de todo buen dirigente: Denunciar formalmente urbi et orbi la naturaleza tiránica de un régimen político cuando actúa como tal, asumiendo las consecuencias del deber cumplido.

Pero no, ni a eso se atreven. A partir del 11 de abril de 2002, producto del retorno al poder del tirano Hugo Chávez mediante la fuerza militar luego de la masacre por él motivada, nuestra dirigencia demócrata nacional sólo se atreve a confrontar al régimen gobernante cumpliendo fielmente las ¨reglas de juego político¨ que este tenga a bien fijarle, sea por la vía legal o de facto.

Frente a ello, muchos interesados se excusan en la naturaleza criminal del socialismo, como si no fuera precisamente en razón de tal condición la necesidad de confrontarlo y derrotarlo conforme a la Constitución, pues su permanencia en el poder equivale a una esclavitud segura o a un malvivir bajo condición.

De allí podemos concluir: La cohabitación, tesis propugnada por la dirigencia demócrata nacional a partir del 11 de abril de 2002, garantiza la permanencia del régimen de facto en gobierno, y nuestra voluntaria aceptación va haciéndonos cómplices de nuestra propia tragedia. ORA y LABORA.


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