El Tigre, viernes 28 de marzo de
2014
Ronny Padrón
Democracia
Cristiana Hoy
Un
alto, al colaboracionismo criollo
Si no fuera en razón
del gran poder que ha demostrado tener el colaboracionismo en Venezuela durante
estos 12 años de tiranía socialista, nos arriesgaríamos, haciendo caso omiso de
esa grave traición. Pero ciertamente es el caso, que nuestra actual gesta por
la liberación nacional estará en peligro de naufragar en tanto no confrontemos
con eficiencia las pretensiones del colaboracionismo militante de la fecha
presente.
Como es lógico, el
colaboracionismo tiene gran capacidad de adaptación e incluso de mutación de
allí su vigencia a lo largo de la historia, y en el caso de la Venezuela
presente lo que apenas en 2003
constituía su bandera principal: ¨La salida electoral incondicional, todo por
la paz¨, hoy resulta demodé. A la
hora de escribir estas líneas, los cabecillas del colaboracionismo criollo
cuentan ya con otra prédica: ¨El diálogo incondicional, todo por la paz¨. Pero
resulta que hoy, a diferencia de 2003,
aquellos venezolanos que nos consideramos patriotas y con algo de sano juicio,
entendemos que la paz del colaboracionismo, es la paz sin libertad, es decir la
esclavitud.
De allí qué, no
resultará suficiente el permitir que estos aliados del esclavismo
socialista pretendan representar a este
movimiento de liberación nacional, en diálogos ¨oficialistas¨ - a todo evento
entendemos que de esas tertulias nada relevante a una Venezuela libre y
democrática podrá emerger jamás - pues
solo aquellos líderes de la actual rebelión popular tendrían la autoridad moral
suficiente como para ejercer tal representación, a saber: El Movimiento
Estudiantil, Leopoldo López, Maria Corina Machado y algunos otros connotados
patriotas de incuestionables méritos en estas horas aciagas; porque es
necesario además, que esos pérfidos representantes del colaboracionismo
militante, hoy prestos a ¨negociar¨ con la tiranía, la libertad de Venezuela,
sientan desde ya el repudio popular de aquellos patriotas que no estamos
dispuestos a tolerar una vez más sus deleznables trapisondas.
No señor. Ya es de
por sí un absurdo, el tolerar siquiera la pretensión de mediar por parte de un
organismo internacional certificadamente pro-socialista como la UNASUR, para
que además vengan estos fanáticos locales de la paz de los esclavos a
auto-nombrarse representantes demócratas con miras a sofocar un proceso de
protestas dirigido a la liberación nacional, proceso político en el que ellos
carecen de ascendente alguno, por el contrario, le adversan. ¿Entonces?
Llegó la hora de
plantar cara al discurso del colaboracionismo socialista, pacifista en su
forma, esclavista de fondo. Ningún pueblo en la historia de la humanidad
alcanzó jamás su libertad y prosperidad sin antes ofrendar el trabajo, el dolor
y el sacrificio de todos aquellos que demostraron con su fe y obras ser sus verdaderos hijos ¿Por qué Venezuela sería la excepción? ¨El que
se cansa, pierde¨. ORA y LABORA.
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