miércoles, 25 de julio de 2018


El Tigre, domingo 22 de julio de 2018
Ronny Padrón
Democracia Cristiana Hoy

Otra opinión sobre la huelga general
Considerando que el llamado Frente Amplio Venezuela Libre asumió la iniciativa de consultar a nuestra sociedad democrática durante una semana en torno a la conveniencia de convocar a un Paro Nacional o Huelga General como reacción ante la continuidad del genocidio socialista, procedo a aportar mi punto de vista en tal sentido.

De entrada es necesario reconocer el mérito de quienes impulsan tal iniciativa pública entendiendo que en Venezuela rige un régimen socialista criminal, sin cortapisas para encarcelar o bien asesinar a quienes reconozca como disidentes, sin mayores requerimientos, sobremanera ante la ausencia de una alternativa política relevante.

Sin embargo, en aras de propender a la liberación nacional, que salvaría la vida y la dignidad de los venezolanos sobrevivientes al socialismo, son necesarias algunas precisiones. PRIMERO: Es indispensable que los promotores de este evento manejen con rigor la naturaleza del adversario. Se trata de un régimen político certificadamente criminal que solo detendrá su agenda  de esclavitud y exterminio cuando reconozca ante sí una amenaza real e inminente a su capacidad gubernativa, por ende el solo paro empresarial en modo alguno alteraría ese poder, pues las pocas empresas privadas aun en pie no resultan indispensables para la continuidad socialista, la que se nutre precisamente del hambre, la enfermedad y el miedo en la sociedad sojuzgada.

SEGUNDO: Considerando el punto anterior resulta igualmente indispensable asegurarse el apoyo del personal encargado de la prestación de los servicios públicos básicos: agua, luz, gas doméstico, teléfono, transporte público; quienes se encuentran precisamente entre los más afectados por la política de ¨tierra arrasada¨ aplicada por el socialismo en gobierno, y prueba de ello es su reciente cúmulo de protestas reivindicativas.

TERCERO: La coordinación de ese evento debe estar en capacidad de organizar una fuerza políticamente relevante y activa, concomitante al Paro o Huelga Nacional. Las lecciones de la historia en esta materia son irrefutables: La paralización laboral debe dar paso al activismo político en una dimensión tal que logre la afectación del régimen confrontado. Esta fuerza política bien pudiera configurarse en torno a una intervención militar internacional con fines humanitarios conforme a la Constitución de la República, considerando como fuere que en Venezuela no existe una fuerza militar institucional que evite la vocación homicida del régimen socialista en gobierno ante cualquier manifestación pública, pacífica y no armada, adversa.

Las anteriores no son más que simples observaciones dirigidas solo a evitar nuevos fracasos políticos que harían del vigente genocidio una tragedia mayor. Ora y labora.






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