sábado, 18 de junio de 2011

Ciudad El Tigre, martes 14 de junio de 2011
Ecos del Sur.
Ronny Padrón.

La privatización del servicio eléctrico para el sur de Anzoátegui.

Considerado como fuere el fracaso del Estado venezolano en general, y en particular del Estado socialista, como prestador de servicios públicos básicos en especial el de electricidad, creo va siendo hora de plantearnos con seriedad la búsqueda de alternativas.

La actual crisis del sector eléctrico en Venezuela, causada por la ineficiencia y la corrupción, algo común al Estado, sobremanera en socialismo, junto a la inexistencia de una propuesta política plausible, capaz de reivindicar el rol del Estado como gestor del servicio eléctrico, nos conduce a afirmar sin ambages, que será en la empresa privada donde hallaremos solución.

Es el caso, que el Estado nacional, en razón de su naturaleza, es sempiterno ejemplo de ineficiencia e inclinación al delito, dedicado como fuere a competencias distintas de aquellas para las cuales fue creado. La prestación de servicios públicos básicos como la electricidad, no es una de ellas, de allí que en Venezuela jamás hayamos contado con un servicio eléctrico de primera, gestionado por el Estado, ni en los mejores tiempos de la República democrática.

Distinta la experiencia en ciudades como Valencia y Caracas, donde hasta la llegada del socialismo, tuvieron a bien contar con un servicio eléctrico gestionado por la empresa privada (ELEVAL y ELECAR) con alto grado de eficiencia, y transparencia administrativa superior con creces al servicio prestado por sus pares del Estado.

Porque tal como lo muestra la historia, el Estado nacional, no debe nunca gestionar directamente, más allá de sus funciones propias: gobierno, legislación y jurisdicción y competencias administrativas relacionadas: seguridad y patrimonio público. Caso contrario el resultado será siempre el mismo: caos social y empresas mercantiles supremamente ineficientes, verdaderas cuevas de ladrones, verbigracia: PDVSA, CVG, CORPOELEC, HIDROVEN, por solo mencionar casos emblemáticos

Ante ello, el otorgamiento por vía de concesión, conforme a la ley, de la prestación de servicios públicos básicos, como la electricidad, en cabeza de empresas privadas, nacionales y extranjeras, constituye la mejor opción. Alternativa contemplada incluso por la vigente normativa legal socialista a saber la Ley Orgánica del Servicio Eléctrico, publicada en la GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA Nº 5568 Ext. del 31-12-2001, conforme a la Carta Magna.

Superado el escollo jurídico afirmamos qué, un servicio eléctrico de primera, para Venezuela, y en especial para la zona sur del Estado Anzoátegui, depende sólo de nuestra capacidad como sociedad para reestablecer el régimen democrático de libertades, conculcado, y de tal manera hacer posible un salto cualitativo tan grande como el dado por la hermana República del Perú a partir del año 1.994, cuando inicia su proceso de privatización del sector eléctrico, que desde la postración en que se hallaba, dio lugar al eficiente y pujante servicio del que gozan al tiempo presente.


Parte del problema cuando el Estado gestiona directamente el servicio eléctrico, es su natural propensión a ¨regular¨ el precio de tal servicio, que no permite se reflejen los costos, dando así la espalda a una realidad económica sólo canalizable a través del libre mercado, en pro del beneficio costo-valor para el usuario. Como resultado, hoy los anzoátiguenses padecemos el servicio de una empresa estatal monopólica que lejos de procurar la satisfacción de los suscriptores, se concentra en cumplir las metas ¨electoreras¨ que le fija el gobierno central en cuanto a precio-servicio.


Para contar con un servicio eléctrico de primera, éste debe enmarcarse en una economía social de mercado, donde exista una relación directa entre costos y precios para la venta de electricidad. Ejemplificando: pagamos tarifas eléctricas que no varían durante el día, a pesar de que existen horas ¨pico¨ de consumo y horas de bajo consumo. Distinto fuera, si el consumidor supiera, que a ¨X¨ hora, cuesta más el kilovatio; entonces de seguro utilizaría lavadora y secadora en otro mejor momento, un beneficio de todos.


Sin embargo, como resultado de contar con un servicio eléctrico gestionado por el Estado y sus respectivas regulaciones socialistas, cuando la demanda de electricidad por parte de los usuarios es mayor que la oferta brindada por CORPOELEC, se suspende el servicio y sufrimos un apagón.
Si se permitiera el funcionamiento de un libre mercado en el sector eléctrico, con varias empresas privadas prestadoras del servicio, en competencia conforme a la ley, miles de opciones e interruptores en las casas, habrían de aparecer, dosificando también el uso de electrodomésticos en las llamadas horas ¨pico¨. El sur del Estado Anzoátegui con sus Municipios: Simón Rodríguez, Guanipa, Miranda, Independencia y Monagas, que alcanzan ya población superior a los 300 mil habitantes, constituiría de por sí un excelente mercado para la prestación de un servicio eléctrico de primera.


En lugar de ello tenemos, según informe oficial de CORPOELEC: ¨Un 38,4% de la energía que producen las empresas filiales de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) se pierde por problemas de facturación y cobranza y, por factores asociados a la red. Se indica que 1 millón 200 mil usuarios no están formalizados por alguna empresa prestataria del servicio eléctrico; 2 millones 268 mil usuarios no tienen medidores y otro renglón, no cuantificado, advierte de conexiones ilegales por parte de personal externo a la corporación¨. Fuente: eluniversal.com. 14/06/2.011. ORA y LABORA.

caballeropercival@hotmail.com

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