miércoles, 15 de junio de 2011

lunes 13 de junio de 2011

Asumir el liderazgo de los arrechos

Por Jesús Petit Da Costa.

El comunismo nos ha traído todas las plagas bíblicas que nos han caído encima: delincuencia, inflación, escasez, corrupción, despojo del patrimonio privado, endeudamiento, empobrecimiento, apagones, carreteras y calles destrozadas, servicios públicos inoperantes, abusos de poder, entrega de la soberanía nacional, y pare de contar. Se preguntan ustedes: ¿porqué no ha pasado nada cuando debía haber pasado de todo? ¿Porqué la gente no reacciona y se somete pasivamente? He aquí la respuesta.


Existen dos alas en la oposición: la moderada que representa la MUD (Mesa de Unidad Democrática) y la radical que nadie representa porque está todavía sin liderazgo. Esta última es como el movimiento de los indignados en Europa, que aquí en venezolano se llamaría de los arrechos (con gobierno y oposición).


El ala moderada es fofa e insípida, ya que carece de mensaje y proyecto. Mientras El Tirano adoctrina al pueblo en el comunismo, atacando directamente el capitalismo y la democracia (en la figura de la Cuarta República), la oposición moderada no adoctrina en nada. No se define frontalmente contra el sistema llamándolo comunismo ni propone un modelo político-económico concreto. Es ideológicamente hermafrodita.


No se sabe qué es. En política no se puede andar con indefiniciones. Si El Tirano es comunista, sólo puede entenderse que se le haga oposición como anti-comunista. Porque si la oposición no combate el comunismo, a qué se opone? Todo lo que hace El Tirano es para implantar el comunismo. Todas las leyes que promulga y todos los decretos que dicta, tienen por finalidad implantar el comunismo. El ala moderada ha dejado al pueblo indefenso ideológicamente frente al comunismo. Si hubiese un liderazgo del ala radical forzaría la definición ideológica de la oposición, arrastrando a su seno a los anticomunistas del ala moderada.


De la indefinición ideológica, que pone a los opositores en estado de indefensión, deriva que la oposición del ala moderada sea utópica. Lo demuestra cuando se empecina en algo irrealizable en el comunismo: ganar una elección presidencial cuando el fraude es de la esencia del sistema comunista. Esta utopía trae por consecuencia la desmovilización de las masas y la legitimación repetida del comunismo en el poder. Sientan a la gente a esperar el día de la votación. Allí sentada la tienen esperando el 2012.

Mientras tanto, el régimen avanza sin obstáculos en la construcción del comunismo. El liderazgo del ala radical o anti-sistema trasladaría la lucha de lo electoral a lo social, dándole mensaje y estrategia a las protestas en la calle y obligando a los partidos a actuar en consecuencia si quieren tener vigencia.


La indefinición ideológica genera la confusión ante la realidad. Estando en la etapa de construcción del comunismo, como lo proclama el régimen, el ala moderada no organiza la resistencia como enseñan los manuales y la experiencia. Sigue siendo un simple movimiento electoral. De este modo favorece el avance del comunismo, al cual ayuda sin quererlo. Por este error la implantación del comunismo se ha convertido en un paseo triunfal por la calle del medio.

El Tirano se está robando el país, confiscando toda clase de bienes, confiado en que la oposición se encarga de sedar a los ciudadanos con un gas paralizante de marca 2012, como la colonia alemana. El liderazgo de la oposición anti-sistema no descartaría ninguna forma de lucha, como tampoco ninguna de las salidas de la situación.


El ala moderada no puede transformarse en anti-sistema por dos motivos fundamentales. Primero está mediatizada por la presencia de comunistas en su seno, lo que explica su indefinición. Y segundo, porque en ella el liderazgo es ejercido por burócratas (alcaldes y gobernadores), cuyo margen de maniobra es limitado por el control del régimen.

No pueden estar contra el sistema porque son partes del mismo. No pueden declararse anti-sistema porque los destituyen. Tienen las manos atadas. Y ellos mismos atan así las manos del ala moderada.
Las cosas sólo cambiarán cuando los arrechos tengan liderazgo. Asumirlo es tarea prioritaria en espera de quienes se decidan.

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