lunes, 28 de febrero de 2011

21/2/2011

Un general clarividente

Por Orlando Ochoa Terán

Una supuesta incapacidad de los servicios de inteligencia de occidente para predecir los acontecimientos que en semanas hicieron colapsar los regímenes de Túnez y Egipto, generan críticas y debates en las capitales de la UE y de EE UU. En contraste, el general en jefe, Carlos Mata Figueroa, predice que la posibilidad de un golpe en el futuro de Venezuela es cero.

La noche de Año Nuevo de 1977 el presidente Jimmy Carter y su esposa celebraban en Teherán como huéspedes del entonces incondicional aliado estratégico de EE UU, el Shah de Irán. En medio de este promisorio y festivo ambiente, el presidente Carter brindó con estas palabras: “Bajo el brillante liderazgo del Shah, Irán es una isla de estabilidad en una de las más problemáticas regiones del mundo”. Se presumía que estas palabras estaban respaldadas por las organizaciones de inteligencia mejor dotadas del mundo.

Unas semanas más tarde, en la religiosa ciudad de Qom, irrumpieron protestas contra el el Shah que lo acusaban de “anti-islámico”. Pronto la protesta se transformó en rebelión y esta en una violenta revolución que instaló un gobierno fundamentalista islámico en Irán que este mes cumplió 32 años y cuyo saldo de terror arrojó centenares de miles de muertos entre disidentes y bajas en el conflicto con Iraq. La “isla de estabilidad”, como la llamó el presidente Carter, devino en una de las principales causas de inestabilidad en el Medio Oriente y por extensión del mundo.

Túnez y Egipto

El pasado jueves en una interpelación en el Congreso de EE UU, el director nacional de inteligencia, James Clapper, quien coordina las 16 agencias de inteligencia de EE UU, y el Director de la CIA, Leon Panetta, se vieron a vapores para explicar a sus críticos la supuesta falla en anticipar, proveer de una más clara advertencia o por lo menos de una más oportuna descripción, de los veloces acontecimientos que barrieron con los gobiernos de Túnez y Egipto.

“No somos clarividentes”, alegó Mr. Clapper. “Detonantes específicos que indiquen cuándo y dónde la inestabilidad que se observa conducirá al colapso de un régimen no siempre puede ser conocido o predecible”. Entre las causas de la caída del presidente Mubarak, el director de la CIA resaltó las presiones por cambios que se han venido acumulando en la región; expectativas frustradas del pueblo; un enorme número de jóvenes, mucho de ellos educados pero sin trabajo y al rol dinámico de Internet, “algo al cual tenemos que ponerle más atención en el mundo de hoy”.

“Otro factor crucial - agregó Panetta – “es el papel de los militares. Se ha tenido la creencia de que los militares pueden controlar cualquier protesta en cualquier régimen. Pero a esa lealtad militar tenemos ahora que ponerle atención porque no siempre responden a lo que el dictador quiere o no quiere”.

Predicciones

Gente común tiende a creer que los servicios de inteligencia predicen eventos o pueden asegurar que algunos de estos nunca ocurrirán. Personas incluso más educadas tienden a ver a las sociedades como sistemas lineales en los cuales sus componentes son repetitivos, proporcionales, identificables en sus relaciones causa-efecto y en consecuencia susceptibles de predicción y manipulación. Como si los fenómenos sociales estuvieran sometidos a las leyes del movimiento de Newton.

Desafortunadamente nadie tenía la bola de cristal del general Mata Figueroa para que le advirtiera al presidente Rómulo Gallegos que su ministro de Defensa, Delgado Chalbaud, íntimo de su familia, encabezaría un golpe y lo reemplazaría. Tampoco Salvador Allende. Tres semanas antes del golpe había designado al general Augusto Pinochet, comandante en jefe de las fuerzas armadas. En medio del golpe Allende aún preguntaba dónde estaba su leal Augusto.

La pintoresca predicción del oficial es tan seria como si el sismólogo Francisco Garcés garantizara que no habría más terremotos en Venezuela. Sin embargo, la intención del general en jefe Mata, quien no luce tan menso como quiere hacer creer, no parece tener el tono de otras declaraciones que quieren recordarle al presidente Chávez que siguen en el maratón bolivariano de la obsecuencia. Tampoco es probable que el oficial pretendiera borrar la asociación que se ha hecho de la situación de Egipto y la de Venezuela. Aparentemente lo que intentó es anticiparse a una mala idea que por asociación le podía llegar al presidente Chávez.

Curiosamente, quien reemplaza en el poder al otrora héroe de las guerras de Egipto, Hosni Mubarak, es el mariscal Mohamed Houssein Tantawi, su ministro de Defensa, a quien… ¡ojo Carvajal! apodaban “el cachorro de Mubarak”.

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