Por: Andrés Oppenheimer.
El desafío peruano
Durante una visita a Perú hace unos meses, varias personas me dijeron que el país estaba en buen camino y que --a diferencia de lo que ocurre en otros países-- las próximas elecciones no serán ganadas por un candidato populista, sino por un político de centro-derecha. Al principio, tuve mis dudas, pero todo parece indicar que así será.
Esta semana, el presidente peruano Alan García dijo públicamente lo que yo había escuchado en conversaciones de sobremesa en Lima: que a diferencia de lo ocurrido en las últimas elecciones, cuando el candidato respaldado por Venezuela Ollanta Humala estuvo cerca de ganar la presidencia, esta vez no hay ningún candidato populista entre los favoritos para ganar las elecciones del 10 de abril.
``Se acabo el peligro", dijo García, refiriéndose a la posibilidad de que la apertura económica de Perú, que ya lleva 20 años, pudiera ser revertida. ``Cualquiera de los que aparentemente tienen ventaja podrá y deberá mantener lo sustantivo del modelo exportador, descentralista, democrático y de inversión en nuestro país''.
Todas las encuestas coinciden en que más del 80 por ciento de los peruanos apoyan un ``modelo de desarrollo modernizador, democrático y globalizado'', dijo García.
En efecto, las últimas encuestas revelan que el ex presidente Alejandro Toledo es el favorito, con alrededor del 30 por ciento de la intención de voto, seguido por Keiko Fujimori, la hija del ex presidente Alberto Fujimori, y el ex alcalde de Lima Luis Castañeda, con una intención del voto de alrededor del 20 por ciento cada uno. Los tres son políticos de centro-derecha.
Humala ha quedado en un distante cuarto puesto en las encuestas, con alrededor del 11 por ciento de la intención del voto. Y lo que es más significativo aún, Humala ha tenido que suavizar considerablemente su discurso desde las últimas elecciones.
¿Por qué los peruanos respaldan a candidatos de centro-derecha? En gran medida se debe a 20 años de estabilidad económica y creciente inserción en la economía global que han dado resultados, sacando a un significativo número de peruanos de la pobreza.
Ahora hay una masa crítica de votantes de clase media que se han beneficiado de las dos décadas de apertura económica, y que apuestan a la continuidad. La economía de Perú creció un 8.8 por ciento en el 2010, y tuvo una inflación inferior al 2 por ciento.
Según las estimaciones del Banco Mundial, los índices de pobreza de Perú han disminuido del 54 por ciento al 35 por ciento de la población en la última década. Y García pronosticó que el índice de pobreza disminuirá al 28 por ciento para fin de año.
La actual campaña presidencial en Perú no gira en torno a qué modelo económico debería adoptarse en el país, sino en torno a cómo perfeccionar el modelo actual. No resulta sorprendente que el eslogan de Toledo --que aparece en carteles por todo el país-- sea: ``Con Toledo, al Perú no lo para nadie''.
domingo, 13 de febrero de 2011
Publicado por
Aquiles Márquez, Héctor Ruíz Aguilar, Milagros Alcántara, Pablo Carrión, Ronny Padrón.
en
12:12
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario