jueves, 3 de febrero de 2011

Ciudad El Tigre, sábado 29 de enero de 2011
Ronny Padrón.
Democracia Cristiana Hoy.

Aló, MUD: ahora le hablan desde Egipto.

Porque es un hecho, nada será igual en esa otra nación del norte africano, permanezca o no en el poder, ese otro tirano, el aviador militar Hosni Mubarak, igualmente llamado por la hipocresía nacional e internacional ¨Presidente¨.

Presidente, le decían hasta hace 15 días al de Túnez, el oficial militar Zine El Abidine Ben Ali, escondido hoy en la Monarquía saudita. Por cierto, con ese título también denominan a Robert Mugabe, un socialista, gobernante de la República de Zimbabue durante los últimos 30 años, casi tantos como el prenombrado egipcio, y de iguales tratativas para mantenerse en el poder, a saber: mentiras, fraudes y violencia. ¿Les resulta familiar el relato?

A cualquier venezolano demócrata sí le resultará familiar, pero cada uno tendrá su particular manera de reaccionar, en el marco de nuestra actualidad. Así como hay quienes expresamos verbalmente o por escrito, repudio ante el régimen del teniente coronel Hugo Chávez, eso en los limitados escenarios que nos toca trasegar, otros como el patriota Alejandro Peña Esclusa llegan a exponer hasta la vida por el logro de la restauración constitucional, prueba de ello su actual prisión política que supera ya los 6 meses, tiempo que en modo alguno quebranta su voluntad, en pro de la libertad y la prosperidad nacional, causa ésta que bien sabe le trasciende.

Ahora bien, hay quienes a diferencia de los anteriores, hacen tan poco en favor de la constitucionalidad perdida, considerando como fuere su mucha capacidad para contribuir al logro del objetivo, que nos dan pie para pensar en por lo menos una grave negligencia, algo que en política resulta mucho peor. Creo es, por ejemplo, el caso actual de la MUD.

Formalmente iniciada el 08 de junio de 2.009, mediante un documento, denominado: ¨COMPROMISO Y CONVOCATORIA A LA UNIDAD DEMOCRÁTICA ¨, leído públicamente durante la instalación de lo que hoy se conoce como Mesa de la Unidad Democrática; este órgano político de concertación para los variados factores demócratas del país, a contracorriente del compromiso asumido en ese escrito, degrada hoy al gris papel de soporte técnico para unos parlamentarios demócratas que electos el pasado 26 de septiembre no quieren pasar de ser los denunciantes de oficio de una pésima gestión administrativa por parte de un ¨mal gobierno criollo¨, cuando de lo que se trata es de defenestrar a una tiranía que ya no tiene mucho que envidiar a las del norte africano.

No le ha bastado a la MUD el tiempo de Hugo Chávez al mando, para certificar que su mucho o poco apoyo popular le resulta subalterno ante su real necesidad por mantener la obediencia general ante su ejercicio del poder.

¿Quién podría hoy, fundadamente argumentar en favor de la democratización de Túnez, Egipto o Zimbabue, por la sola aplicación de la vía electoral? ¿Por qué entonces la MUD, persiste en ese error si se trata de Venezuela?

Ninguna tiranía, ni tan siquiera la muy publicitada de Augusto Pinochet, cede el poder ante fuerzas políticas que estime como cualitativa y moralmente inferiores. Cuando pierden el poder político por vía electoral, es porque previamente habían perdido también ese otro poder: el de acobardar a los pueblos y a sus dirigentes.

No es el caso actual de Venezuela. Ni siquiera con motivo del 11 de abril nuestra dirigencia demócrata fue capaz de arriesgar lo necesario para merecer el poder, y como solo se defiende aquello que nos cuesta, para aquella ocasión la fuerza militar tomó su decisión. Ni que decir cuando el Paro Cívico Nacional o en los subsiguientes eventos electorales. Se ha ganado y no se ha cobrado. Ello por las mismas razones harto conocidas, las que acá dejo entrever.

Estamos a tiempo de evitar otro desastre, aun peor que los anteriores. Confundir el natural repudio popular en relación a una tiranía que ya supera la década, con la voluntad general de imponer la restauración constitucional, asumiendo con ello los riesgos de tal tratativa, más que un desatino nos parece felonía.

Para vencer y defenestrar por siempre al socialismo en gobierno, incluso por la vía electoral, primero hay que desmoralizarlo, acosarlo, hostigarlo, demostrándole a cada uno de los simpatizantes del tirano, la maldad insita en tal apoyo, y la inevitable responsabilidad moral de persistir en tal torpeza pudiendo eso sí, contribuir a la instauración de un verdadero Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia, como bien merece una sociedad de trabajo, ley y orden.

No debería quedar un solo lugar en este país donde algún socialista llegare a sentirse cómodo frente al vigente caos, si al tiempo hay demócratas pudiendo hacerle entender su muy grave error. Es el camino de lucha que aún esperamos nos muestre la tan publicitada MUD. ORA y LABORA.
caballeropercival@hotmail.com

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