El precio de no decir ni pío .
Martes, 26 de Octubre de 2010 07:27 Martha Colmenares
El 4F de 1999 se juramenta Hugo Chávez Frías sobre aquella “moribunda Constitución”, fecha que se acepta para complacer al golpista, no al presidente constitucional. Nadie dice ni pío ante la irreverencia que servía de antesala a la arbitrariedad….y a cuantas le siguieron. El 8N del año anterior había sido electo un Congreso por 5 años que sólo duraría 8 meses, pues el 30 de julio de 1999 quedó electa una Constituyente bajo el artificio de unos “quinos” que ganaron fama de pillería a la criolla.
El 15D aprobarían una nueva Constitución en plena tragedia nacional (el deslave de Vargas) que derogaría la vigente. El siguiente paso fue un supra congresillo -que operaba como aquellos tristemente célebres Comités de Salud Pública franceses-, el cual, con Miquilena al frente y actuando paralelamente al poder recién electo, aumentaron a 6 años el período presidencial con reelección inmediata, designaron los poderes a dedo y elevaron a tal condición organismos como la Fiscalía y la Defensoría, tras la desparpajada mampara de “Poder Moral”. Ya habíamos cometido la ingenuidad de aceptar las máquinas como mecanismo para contar votos. Pero Dios no premia esas inocencias.
Entre el 28N y el 10D del 2003 se cumple el proceso de la recolección de firmas para el Referendo Revocatorio. La Sala Electoral, con Alberto Martini Urdaneta a la cabeza, declaran válidas las 3.600.000 mil firmas presentadas. Era la mitad de los votantes y eso era un riesgo muy grande para el gobierno, para sus pompas y sus obras. La Sala Constitucional echa para atrás la decisión de la Sala Electoral, un exabrupto sin precedentes, pues sólo la Sala Plena podía revocar decisiones de una de ellas.
A pesar de las protestas, fueron mayoría quienes no dijeron ni pío, dejando sólo al valiente magistrado, el único que se ha hecho sentir frontal y consecuentemente para reivindicar la legalidad de decisiones que han dado la razón al reclamo opositor. El gobierno logró aumentar los electores para manipular los resultados. Fue la primera vez que el fraude se hizo convincente, pues el 15Ag, al cerrar las mesas las máquinas transmitieron antes de imprimir las actas, delito electoral que culminó en un fraude masivo. También se dejó pasar.
En el 2006 se había proclamado que sólo se reconocería la derrota si se poseía la copia de las actas, cuadernos y auditorias y si se tenía en las manos el protocolo de transmisión entre las máquinas y el servidor del CNE. Sin que eso ocurriera, a las 9:00pm se reconoció la derrota. El salto al comunismo no se hizo esperar pues a cada debilidad sigue una arremetida. El referendo del 2D no fue un escenario propicio para acumular resultados y el gobierno reconoció la derrota, según entendidos, bajo la presión del Cufan. Aún se espera por los resultados oficiales y también por la protesta de los afectados.
En las regionales del 2008 igualmente aceptaron la pérdida, pero, en ese contexto, el robo de Barinas fue un bochorno, si cabe, mayor. El 15F -2009 el presidente pregunta si puede reelegirse y la gente, contenta con su parcela de gobernaciones y alcaldías, acepta ir, a sabiendas de que la Constitución permite una reelección y que la mera pregunta ya había sido negada el 2D.
Llegamos al 2010 cabalgamos sobre una sorprendente reingeniería electoral donde mientras más votos saques menos diputados obtienes. A pesar de todo ese humo en los ojos, se ha hecho sentir la convicción moral de quienes saben contar: al menos 20% logró la democracia por encima del comunismo. El precio de no decir ni pío nos impone la aniquilación del componente aritmético por parte del componente geométrico. Las dudas y reclamos sobre el proceso proliferan. ¿Qué otras sorpresas nos depara el silencio? ¿Cuántos votos se han ido por el ojo de agua y cuántos más deben perderse para que aprendamos a piar a tiempo?
miércoles, 27 de octubre de 2010
Publicado por
Aquiles Márquez, Héctor Ruíz Aguilar, Milagros Alcántara, Pablo Carrión, Ronny Padrón.
en
16:31
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