jueves, 5 de mayo de 2011

Ronny Padrón.
Democracia Cristiana Hoy.

¿Cuánto importa la renuncia escrita de un tirano?

Cumplidos recientemente 9 años de la masacre del 11 de abril, tragedia que derivó en la proclamación pública, notoria y comunicacional de renuncia por parte del teniente coronel Hugo Chávez, ello a través del para entonces Inspector General de la Fuerza Armada Nacional, general en jefe Lucas Rincón Romero, hoy embajador de la República de Venezuela en Portugal, y contrastando esos hechos con la postura política que presenta hoy día la dirigencia demócrata de naciones sometidas por tiranías similares, verbigracia: Túnez y Libia; cabe analizar en detalle la naturaleza y valía de una renuncia en política.

De inicio apuntamos que, conforme a los principios generales del derecho, la renuncia es un acto jurídico unilateral por el cual el titular de un derecho abdica al mismo, sin beneficiario determinado. Esto implica que se necesita sólo la voluntad de su autor para ser eficaz, y no la voluntad concurrente de dos o más partes. La renuncia en materia de derecho, para que sea eficaz, no debe estar prohibida por la ley.


Es generalmente consensual, aunque para ciertas renuncias, la ley establece solemnidades especiales. Esta última característica es de particular interés, porque conforme al derecho venezolano, en específico la Ley del Estatuto de la Función Pública en su artículo 78, para el retiro de la Administración Pública por renuncia, ésta deberá ser escrita y debidamente aceptada.


Es un hecho entonces, que la famosa renuncia de Hugo Chávez por los eventos de aquel 11 de abril, nunca se materializó conforme al derecho venezolano. Pero no es en el ámbito jurídico donde estimamos importante lucubrar. Es en la política donde persiste el debate sobre cuan importante será la materialización de este acto jurídico por parte de un gobernante aún cuando de tiranías se trate


En el caso del ex dictador militar de La República Tunecina, Zine El Abidine Ben Ali. Su abandono del poder en fecha 14 de enero de este año, luego del genocidio que autorizó en contra de manifestaciones populares, hizo inútil cualquier requerimiento en torno a la formalización de su renuncia al cargo administrativo que ejercía, ello en vista de su incapacidad política para continuar en él, luego de más de un centenar de asesinatos políticos del que era responsable. A ninguna persona, tunecino o no, se le ocurriría exigir la presentación de una renuncia escrita.


Sobre la Gran República Árabe Libia Popular y Socialista (denominación oficial de Libia desde 1.986), entendemos que vista la guerra civil que asola a ésta nación, dominada por el coronel Muamar el Gadafi desde hace 42 años, ya son pocos los que necesitan de su renuncia por escrito, como no sea para efectos de la solemnidad que rubrique su salida del poder. Su actual resistencia a tal formalidad, sirve solo para ratificar su condición como azote de Libia.


Caso contrario, el que observamos en la República de Yemen, donde a pesar de las similares matanzas de opositores políticos, responsabilidad del teniente coronel Ali Abdullah Saleh, jerarca de ese país árabe desde 1.990, la dirigencia demócrata yemení se mantiene negociando una ¨renuncia¨ del precitado militar, ello ha objeto de evitar la continuación de la violencia política. Alí Abdullah Saleh, mantiene como principal condición para tal renuncia, la garantía de que no será sometido a juicio penal por los delitos que se le atribuyen.


En el caso venezolano, inicialmente referido, la inexistencia de una renuncia escrita por parte del teniente coronel Hugo Chávez, es considerada por la generalidad de los entendidos, como principal causa para el fracaso del gobierno provisional encabezado por Pedro Carmona Estanga. Ello muy a pesar de la confesada responsabilidad del militar en cuestión, en cuanto atañe a la violencia política desatada el 11 de abril de 2.011.


A la luz de estos relatos, podemos fundadamente afirmar, que tratándose de tiranías, el valor político de una renuncia tendrá la misma entidad que la fuerza política y militar con que cuenten aquellos que pretendan hacerla eficaz. Por cierto, ¿alguien leyó la renuncia al poder, del general de división ugandés, Idi Amín Dada? ORA y LABORA.

caballeropercival@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario